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Polos opuestos

el 04 feb 2013 / 09:29 h.

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Había mucho en juego en ese doble enfrentamiento dominical Sevilla-Madrid. Los puntos de la segunda vuelta son siempre muy decisivos. Aquellos que se marchan ni vuelven ni hay posibilidad de recuperarlos. La tarde del domingo, con un cartel Sevilla-Rayo a las cinco de la tarde, demostró a los operadores televisivos que el fútbol, aun con la crisis y el desánimo social, es capaz de casi llenar el estadio. Los operadores entienden de dinero y es lo que les importa. De esos niños, semilla de la afición, de esos mayores que no pueden asistir en horas inapropiadas... Les importa un bledo. Cuidado con ese pan para hoy que se puede convertir en hambre para mañana. El fútbol casi todo lo puede, pero lo están zarandeando hasta extremos insospechados. Bendita afición.

El Sevilla necesitaba ganar a un buen equipo como es el actual Rayo Vallecano (2-1). Lo hizo en un buen partido en el que los apuros vinieron sustentados por sus propios errores. Un tercer penalti absurdo, como los del partido de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid. Reincidente Fernando Navarro. Negredo, que había fallado dos clarísimas ocasiones de gol en mano a mano con el portero rival, hizo lo más difícil: marcar de taconazo perfecto minutos después de empatar el conjunto de Paco Jémez. El Sevilla actual con la grada a favor y el equipo ayudando con su entrega y un fútbol convincente genera unas ilusiones que parecían lejanas.

Otro Atlético de Madrid-Real Betis tan cercano al de Copa del Rey quizás fue excesivo. El calendario es el que manda pero los hechos acaecidos en el anterior estaban tan cercanos que el voltaje subiría a la más mínima ocasión. Para colmo, Diego Costa marcaría el gol decisivo (1-0) en un fallo al alimón del portero Adrián y de Beñat. El Betis existió hasta la línea de ataque. Arriba desapareció y para colmo hasta Rubén Castro no acertó en las ocasiones que siempre terminan en gol. Cuando un partido entra en esa maraña que llaman el otro fútbol los de Simeone saben desenvolverse mucho mejor que los de Mel. Hoy por hoy el Vicente Calderón se ha convertido en un fortín para los colchoneros. El Betis no fue inferior al Atlético en juego, pero de mediocampo hacia atrás los colchoneros se han convertido en una roca. Opciones de gol dan muy pocas. Por ello, cuando se tienen, aunque sean mínimas, hay que aprovecharlas. El Atlético supo hacerlo; el Betis, no.

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