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Cultura

Póngale unas coplas al estío

Prosigue en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo hasta el 6 de septiembre el ciclo musical Nocturama. Nada de modernidad aquí, sí un puñado de competentes músicos

el 11 ago 2013 / 21:42 h.

Coplas, del latín cópula, unión, enlace. Según la RAE, “combinación métrica o estrofa”. Un ramillete de coplas es lo que propone Nocturama, ciclo gafapastil, estival y pastoril que un año más presenta el muy pop Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, más afín en lo sonoro a Alaska y los Pegamoides que a John Cage, aunque de sus paredes cuelguen, llegado el caso, Pollocks y Mondrianes. C’est la vie o... más bien C’est Andalousie. Al caso, en medio del estío imperante, este ciclo reúne en el Monasterio de Santa María de las Cuevas a sus adeptos, los mismos de Territorios, que encuentran aquí un bis, una propinita con la que continuar solazándose en el cartujo edificio al abrigo además de una selecta nevería.

Marina Gallardo y Ainara Legardón (14 de agosto), Juan Perro (15), The Milkyway Express y Arizona Baby (21), Miraflores y Za! (22), Martirio (28), Maga &The New Raemon (29) y, el 6 de septiembre, Santa Rita y Pony Bravo. Ahí quedó el cartel, más bien lo que queda de él, que no es poco, tras las estelares apariciones de Bigott, Lidia Damunt con Guadalupe Mata y Lapido durante la primera semana de agosto. Las entradas tienen un precio de 10 euros en taquilla, y las anticipadas de 9 euros. Para estimular esta última modalidad de venta las 500 primeras entradas tienen un precio inferior, de 7 euros.Estas se encuentran a la venta en la taquilla del CAAC el día del concierto, también en la web www.ticketea.com.

Marina Gallardo, que recupera Nocturama el 14 de agosto, traerá un repaso a su This is the sound. “Encomendada a un fascinante sonido que enciende el fósforo a plena llama y que deslumbra”. No lo dice ella –por fortuna– sino la crítica. La cantante prefiere relatar que la suya es una música “visceral que plantea preguntas por necesidad y que no siempre busca respuestas”. En todo caso, la vocalista gaditana no estará sola. Porque Ainara Legardón será su secuaz en el escenario. La más inquieta de las figuras del certamen forma parte del quinteto experimental La Criatura y del colectivo maDam, entre otras formaciones a contracorriente. A solas es más comedida, pero merece su lugar.

Para su nueva gira, Santiago Auserón aka Juan Perro ha adaptado su música al dúo de guitarras acústicas y voces. Luego ha juntado las canciones de Río Negro con una selección de temas históricos. Y hecho. “La canciones nuevas se han incorporado con naturalidad a mi repertorio y esto es así porque al público, por fortuna, le gusta sentirse parte del proceso creativo”, explica el veterano músico, quien ha trabajado el proyecto junto a Joan Vinyals.

Tienen pinta de hippies pero son pijo-hippies, The Milkyway Express es una banda de rock que tira al blues y hace gala de un sonido potente. Medios tan afamados en la cultura urbana y de tanto tirón entre los melómanos madrileños de los barrios de Salamanca y la Moraleja comoRadio 3 y Mondosonoro han alabado su quehacer. A su lado, los barbudos de Arizona Baby deambulan por el folk-psicodélico porque algo había que inventar para justificar tanto desmelene.

Formados en 2012, Miraflores son “sucios, atropellados y obsesivos”, según reza su nota de presentación. Sus colegas de velada, Za!, van más de eufóricos. “Una música que demuestra que lo experimental puede ser intenso, enérgico y bailable a veces”, cuentan. Si acuden sentirán a Theodor Adorno removerse en su tumba cuando ataquen Wanananai, su cuarto álbum. Experimental, dicen.

A Martirio se la querrá o no, pero es y lleva siendo Martirio tanto tiempo que da pereza ponerla en solfa. Para ella sola y para nadie más será el Centro de Arte Contemporáneo la noche del 28 de agosto. Quizás cuando se enteren en la Tate Modern y en el Pompidou la programen en sus ciclos musicales...

Ramón y Maga convergen en Tinieblas, por fin. Pop vitalista y rotundo con denominación de origen sevillana. Los han visto en Madrid, Barcelona y Valladolid y era de justicia verlos en su patria. O no. Santa Rita provoca “sensaciones irrepetibles” (otra vez la nota de prensa, claro). Y Pony Bravo no puede faltar en ningún cartel por estos lares. Quienes los quieran que los compren. Aviso: también hay arte. Pero está al fondo, más adentro.

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