-Propone crear una comisión PSOE-PP que revise el Estado autonómico. ¿Qué es lo que hay que revisar?
-Treinta años después del Estado de las Autonomías debería existir una comisión de expertos de todos los partidos para analizar fríamente qué ha funcionado y qué no. Es un análisis que se está haciendo en Alemania, al que nadie se puede resistir, y que antes o después se hará. Soy partidario de una reforma integral de todas las administraciones públicas y de forma especial de los sectores públicos que las acompañan. Hay que aprovechar para definir mucho mejor las competencias. Hay que eliminar multitud de duplicidades y analizar política a política.
-¿Quitaría competencias a las comunidades?
-Las autonomías deben conservar todas sus competencias pero echo de menos una mayor coordinación a nivel nacional, por ejemplo, de las políticas educativas. No pueden desaparecer las competencias nacionales en materia de aguas. Por centrarme más en Andalucía, hay que analizar en profundidad tres políticas concretas: el traspaso de la Justicia, que no nos ha traído un servicio más ágil (hay 600.000 casos pendientes), la política de aguas (todos los años se deja de ejecutar el presupuesto de las inversiones) y el escándalo terrible de las políticas de empleo. Este discurso que hago no es de hoy, aunque llevamos 20 días con un presidente de la Junta escondido por el escándalo monumental de los fraudes en los ERE.
-¿Cuestiona usted el Estado de las Autonomías?
-El Estado de las Autonomías ha sido globalmente un éxito. Los únicos que lo han cuestionado son el nacionalismo vasco y catalán, que quieren más autonomía acercándose a la independencia.
-¿La propuesta de la comisión la llevará en su programa electoral?
-Es una reflexión mía que he trasladado a los órganos del PP para el programa de las generales y que yo también la llevaré en el programa electoral para Andalucía. Si soy el presidente del cambio pretendo que Andalucía haga propuestas todos los días. Hoy Andalucía no existe en la política española, desgraciadamente, nada más que por los escándalos y por el récord de paro. Creo que hace falta un Pacto de Estado después de las elecciones entre PSOE y PP porque entre los dos sumamos 23 millones de votos y esos votos tienen que estar por encima de los condicionantes de las minorías. Y a siete u ocho años vista hace falta un Gobierno de concentración.
-Habla de duplicidades y a la vez no es partidario de quitar competencias a las autonomías. ¿cómo se haría entonces?
-Le pondré ejemplos muy claros: en estos momentos hay ayuntamientos que están pagando hospitales, como Roquetas de Mar, colegios, como Tomares, o bibliotecas, como La Mojonera. Las competencias de sanidad, educación y cultura son de la Junta y la están sufragando los ayuntamientos. En las políticas sociales, tres cuartas partes de lo mismo. Soy partidario de que afrontemos una Segunda Descentralización, que traslademos competencias de las autonomías a los ayuntamientos.
-Coincide con Griñán. ¿Estaría dispuesto a alcanzar un acuerdo al respecto?
-Estoy de acuerdo en cerrar un pacto con Griñán sobre la Segunda Descentralización trasladando competencias a los ayuntamientos, lo llevo proponiendo desde 1994. Pero denuncio una vez más la falsedad de Griñán en sus compromisos. En su investidura se comprometió a hacer una gran descentralización a favor de la administración periférica de la Junta. Como todas sus promesas, estamos a la espera. Tampoco llegó el compromiso de suprimir delegaciones provinciales, altos cargos y ha sido vergonzoso su discurso sobre la transparencia.
-Algunas de las comunidades más endeudadas están gobernadas por el PP, como Valencia o Murcia. ¿Cree que habría que tomar medidas más duras con las que no cumplan?
-La comunidad líder en endeudamiento, Cataluña, ha estado gobernada por el PSOE ocho años. El tripartito se saltó a la torera todos los compromisos de déficit. Luego hay otras comunidades que también destacan por su deuda, como Castilla-La Mancha o Murcia o Valencia y justo después aparece Andalucía, que ha triplicado su deuda. Si soy presidente del Gobierno del cambio no gastaré más de lo que se ingrese.
-Cuando se escuchan reflexiones en el seno del PP, como que la racionalidad no es múltiplo de 17, ¿apuestan por suprimir autonomías?
-No, quiere decir que los tiempos que vienen son difíciles, son tiempos de ahorro. Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, las familias, los bancos lo han provocado en parte, y los Gobiernos también. Tenemos que proteger el éxito del Estado de las Autonomías dando ejemplo. Esa es mi estrategia. Del millón cien mil parados andaluces no tiene la culpa la autonomía, tienen la culpa 30 años de políticas socialistas.
-Cospedal apostó por eliminar instituciones como el Defensor del Pueblo o la Cámara de Cuentas. ¿Esas propuestas se consultan dentro del partido?
-La señora Cospedal, que será la próxima presidenta de Castilla-La Mancha, hace un análisis de las necesidades de su comunidad. Son propuestas autonómicas que yo respeto; no hay ninguna contradicción. Andalucía y Castilla-La Mancha no son lo mismo. Aquí vivimos ocho millones de habitantes, tenemos distinto presupuesto, distinto paro... La coherencia del PP se mide por nuestras propuestas nacionales, pero que nadie espere las mismas propuestas para La Rioja, Castilla-La Mancha ni para Andalucía. Aquí el Defensor del Pueblo hace falta.
-Como vicesecretario de Política Autonómica defiende en Andalucía cosas muy distintas del discurso nacional. ¿Es que no hay recetas únicas en el PP, depende de cada comunidad?
-Hay líneas comunes, música común, letra común y luego hay un análisis específico. Alguien puede decir que en su comunidad, con 500.000 habitantes, no hace falta Defensor del Pueblo y yo considero que en Andalucía, con más de ocho millones de habitantes, sí hace falta. Eso es sentido común y no discrepancia. Y anticipándome, también le digo que también la televisión pública andaluza es necesaria.
-¿Con el actual modelo?
-Creo que tenemos que racionalizar el presupuesto, que a la RTVA debe llegar la austeridad, reducir espectacularmente los directivos, los encargos externos. Si yo pudiera, que ahora no puedo, suprimiría la publicidad.
-Todos estos ajustes del Estado Autonómico ¿implicarían la reforma de la Constitución?
-Habrá que verlo al final. A priori no tiene por qué. Hay margen suficiente para corregir lo que no funciona sin cambiar la Constitución. Si al final diez expertos nos dicen a todos los partidos que hay que corregir algo pues lo estudiaremos.
-Con el PP en La Moncloa ¿Andalucía perderá posiciones?
-Perder posiciones con respecto a Zapatero es imposible porque para él Andalucía empieza y termina en Doñana. Además, no hay ningún dirigente nacional en 30 años de democracia que se haya volcado más con Andalucía como Rajoy. Vive todas las semanas en Andalucía, se ha incorporado al paisaje, se conoce los pueblos andaluces como la palma de la mano. ¿En qué podemos empeorar con Rajoy? Se me antoja imposible. Recuperaré el pago en metálico de la deuda histórica con Rajoy, lo tengo hablado con él. Y abriré la espita de cambiar el sistema de financiación autonómica al mes de llegar al Gobierno. Zapatero ha dedicado un ojo al nacionalismo catalán y otro al vasco.
-El PP-A ha tenido una losa por la herencia del ‘no' al 28-F que enmendó con su apoyo al Estatuto. Las posiciones del PP en el debate autonómico ¿no le ponen a usted en aprietos?
-Cuando gobernamos en España se produjo el mayor número de traspaso de competencias de la historia. El partido del compromiso autonomista es el PP. Quienes han puesto en riesgo el Estado de las Autonomías son el PSOE y los nacionalistas. Maragall es el que le ha hecho más daño, con el beneplácito siempre de Chaves. Nosotros estamos extraordinariamente cómodos en este modelo y creo que los españoles también. En el PP no hay nadie que discuta hoy que fue un acierto el pacto de la reforma del Estatuto. Sin embargo en el PSOE sí hay muchos que dicen en público y en privado que no deberían haber pactado con el PP.
-¿Ese apoyo del PP al Estatuto no entra en contradicción con la nueva propuesta de revisión del modelo autonómico?
-Al revés. Proponemos fortalecer los Estatutos de Autonomía que están hechos en el marco de la Constitución de todos. Ahí el líder es el Estatuto andaluz. El PSOE llevó el otro día al Parlamento una propuesta en defensa del Estado de las Autonomías. No sé qué iluminado socialista pensó que el PP no la iba a apoyar. La votamos porque hicimos un pacto autonómico con el PSOE y hemos pactado todos los Estatutos, menos el de Cataluña, que ha sido el de la discordia. Como ministro de Administraciones Públicas había veces que el nacionalismo me solicitaba determinadas cuestiones que yo consideraba que no se podían traspasar. ¿Saben cuál es el mejor antídoto para evitar ese traspaso? Diciéndole al nacionalista que eso terminaría siendo competencia también de Murcia, de La Rioja o de Andalucía. "Entonces no, ministro. Entonces no".
-¿Reeditaría con Griñán un pacto en defensa del Estatuto?
-Con toda la sinceridad: no creo que sea imprescindible. Los políticos tenemos que intentar en todo momento no parecer ovnis. Unos lo parecen porque desaparecen del mapa, porque dicen que cientos de millones de fondos irregulares son legales, o se pasan el día hablando de Merkel o de Sarkozy. Es una auténtica desvergüenza que desde que pactamos el Estatuto Griñán no nos haya llamado ni medio minuto para hablar de su desarrollo. Yo creo que Griñán, quitando su misma mismidad, no habla con nadie. Si soy presidente la comisión de desarrollo estatutario del Parlamento se reunirá cada mes y medio. Hoy no se ha reunido ni una vez.
-¿Le preocupa que vivamos el momento de mayor desafección ciudadana hacia la política y el modelo autonómico?
-Lo peor de los políticos es cuando se empeñan en negar la evidencia o los problemas. Sobre el debate del desapego ciudadano a la política quiero decirle que España es de las naciones de Europa donde más se vota, se va a los mítines y donde hay más afiliados jóvenes a los dos grandes partidos. Las victorias electorales se producen cuando los gobiernos lo hacen mal pero cuando también la oposición genera confianza. Hoy todas las encuestas que conozco reflejan que el PP es el partido que puede sacar a Andalucía de la crisis.
-¿Cómo vive este 28-F?
-Es un 28-F tristísimo porque el Gobierno no comparte nada, no nos llama ni para las Medallas. Todas me parecen bien pero sobran kilos de soberbia. Es un 28-F muy triste porque llega en un año récord de escándalos y de paro. ¿Cuál es el claro entre tanto oscuro? Que es la primera vez que llegamos con la posibilidad real de la alternancia. Eso sí es una gran novedad. No hemos llegado ningún 28 de febrero en que el partido en la oposición en 12 o 14 encuestas esté varios puntos por delante del PSOE.
