Si Andalucía es uno de los principales destinos turísticos de España no es por casualidad. A su rico patrimonio y su fabuloso clima se une el interés de instituciones, empresas y ciudadanos por la profesionalización del sector. Un aspecto en el que lo andaluz vuelve a aprobar con sobresaliente.
Andalucía es la región española en la que más centros imparten ciclos formativos de turismo, ya que se hace en 78 escuelas diferentes que representan el 24% del total nacional. A éstos hay que sumarle los estudios universitarios, que completan un ambicioso proyecto de especialización profesional que tiene como reto fundamental aumentar la calidad del servicio que se ofrece a los turistas que recalan en la comunidad.
Y es que la intención de la administración autonómica, con la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte a la cabeza como entidad de la que depende la Dirección General de Calidad, Innovación y Prospectiva Turística, es ampliar el concepto "calidad" a todos los aspectos relacionados con el sector. Para la entidad ya no sólo es fundamental gozar de buena salud en los establecimientos hoteleros o que el patrimonio histórico y cultural esté realmente puesto en valor, sino que es imprescindible contar con personal cualificado para resaltar las cualidades del objeto y para hacer más atractiva cada una de las actividades y actores que intervienen en él.
Por tanto, y dicho brevemente, los enfoques actuales de calidad aplicados al turismo tienen en cuenta la necesidad de trabajar sobre todo el contexto de su realización como nicho de mercado pero también como configurador de la imagen de la comunidad. Esta contextualización de una actividad que ya no se considera meramente económica, hace que sea preciso intervenir sobre el factor humano que se relaciona con el turista como sujeto que interactúa con su entorno.
Así, uno de los frentes para lograr la ansiada meta de la calidad en el destino Andalucía es la profesionalización del sector incidiendo en los conocimientos y habilidades de las personas que trabajan en él, así como en la capacidad que tienen para adaptarse a las nuevas realidades, a la utilización de las nuevas tecnologías, a la creación, al desarrollo y comercialización de nuevos productos turísticos, etc.
Para ello, desde el año 2006, la Consejería de Turismo edita un catálogo de estudios turísticos y de hostelería que recoge todas las enseñanzas relacionadas con el sector, sus planes de estudio y los centros de formación donde se imparten. Un amplio abanico de enseñanzas regladas que se complementan con cursos puntuales que oferta la propia consejería.
Esta formación, además de contribuir a la inserción laboral de los alumnos interesados en trabajar para el turismo, conlleva un beneficio para las empresas, que ven como llegan personal mejor cualificado que permite la adquisición y actualización permanente de las competencias necesarias para el sector.
