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Protesta en la calle y desalojos en el pleno de Sevilla por el malestar de los trabajadores municipales

Representantes de los empleados del Ayuntamiento, con Lipasam y la Policía Local a la cabeza, reclamaron sus derechos laborales

el 25 ene 2013 / 13:21 h.

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Ni la lluvia ni el frío fueron un impedimento para que los trabajadores municipales se concentrasen ayer en las puertas del Ayuntamiento, en la Plaza Nueva, para protestar durante el Pleno que se estaba celebrando en el interior de la Casa Grande contra los recortes anunciados por el Gobierno local, presidido por el popular Juan Ignacio Zoido.

La Plaza Nueva ya se ha convertido en un manifestódromo, pero ayer contó con más público de lo habitual, donde no faltaron ni las vallas protectoras ni las furgonetas de la Policía Nacional. Las concentraciones se fueron sucediendo y solapándose desde las 9.00 hasta cerca de las 14.00 horas. Los más madrugadores fueron los trabajadores de Lipasam, que al ritmo del éxito del Gangnam Style, cantaban con sorna "en el paro estoy". A esa hora la Plaza Nueva se tiñó de monos naranjas, cuyos propietarios mostraban su rechazo a la organización de las 37,5 horas de trabajo semanales que impone la empresa. En su opinión, el Gobierno local busca acabar con los trabajadores contratados, "porque somos los más débiles. Nos quieren quitar de en medio", se quejaban.

A las 10.00 horas se unieron a ellos los policías locales. Al Gangnam Style y pitos de la plantilla de Lipasam se unieron las bocinas de los agentes locales, muchos de ellos con gorras de policía y con sudaderas con la leyenda: "Palabra de Zoido ¡¡mentira!!". Este colectivo, según indicó un agente que lleva 31 años de servicio, ha salido a la calle para exigir que se le pague lo que el Ayuntamiento le adeuda y para que no le quiten complementos. Este policía afirmó que nunca había vivido una situación así en el Ayuntamiento de Sevilla y es que "la gaviota nos está dejando en pelotas", remarcó.

Mientras el grueso de los agentes protestaba en la calle, una decena de compañeros que habían podido acceder al salón de plenos ataviados con camisas y tirantes se colocaron una nariz de Pinocho, por lo que fueron expulsados del plenario. Su misma suerte corrieron los miembros del comité de empresa, que levantaron un cartel en el que decía: "Zoido sólo cumple años", y los trabajadores de Lipasam que interrumpieron a su concejal, Maximiliano Vílchez, cuando tomó la palabra.

La fiesta estaba en la calle, música, bocinas, petardos, gritos. De todo, hasta un falso Zoido que con sus dos escoltas se paseó por la Plaza Nueva. En esta parodia los trabajadores arremetieron con humor contra el impostor, ante la imposibilidad de tener cara a cara al verdadero.

Mucho más formal fue el colectivo de Emergencia 35, que aglutina a los trabajadores de los programas de empleo y economía. Denunciaron el desmantelamiento del servicio, "cuando más falta hace".

Para finalizar la jornada, hubo una asamblea y protesta de toda la plantilla municipal, donde no faltaron los trabajadores del Zoosanitario, que vestían batas con cucarachas y ratas de peluche.

A la protesta laboral se unía las de los ciudadanos que pasaban por el Ayuntamiento. Todas las personas consultadas por este periódico justificaron las movilizaciones. "Tendrán sus motivos", es lo más suave que dijeron. La mayoría cargó contra la situación económica que vive el país, los recortes y, cómo no, contra los casos de corrupción.

Incluso dos estudiantes australianas, que se pararon para hacer fotos con sus móviles de los trabajadores, indicaron que es lógico que reivindiquen sus derechos laborales.

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