La lectura que hicieron ayer todos los partidos políticos sobre el bloqueo en la renovación de la FAMP fue, por fin, coincidente: la culpa la tuvo el otro.
El PSOE acusó al PP de intereses partidarios por haber renunciado al acuerdo para compartir la dirección de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. El PP acusó al PSOE de pucherazo, e IU reprochó a las dos formaciones el haber dinamitado a la asociación con una "pelea de gallitos". La conclusión sigue siendo la misma: la asamblea que debía elegir a los nuevos órganos de gobierno de la FAMP está suspendida, y el actual presidente del órgano que representa a los municipios andaluces, Francisco Toscano, no cree que la constitución de la nueva dirección vaya a producirse antes de las próximas elecciones autonómicas de marzo.
El secretario de Política Municipal del PSOE-A, Juan Manuel Fernández, dijo ayer que el PP sintió "vértigo" a la propuesta que hicieron los socialistas, que contemplaba la alternancia cada dos años en la Presidencia de la Ejecutiva de PP y PSOE, mientras que las vicepresidencias quedarían en manos de los grupos minoritarios. Fernández dijo que el abandono de IU de la asamblea se debió a una "estrategia electoral" y dijo no entender que "cuando tienen la llave para formar un gobierno progresista dejen que gobierne la derecha". El líder del PP-A, Javier Arenas, insistió en que "el modelo actual de la FAMP está muerto", y exigió una refundación del organismo para poder abordar la renovación de la directiva. También lamentó el "intento de pucherazo del PSOE", porque los populares defienden que ellos tienen la mayoría de representación en el organismo (en las municipales lograron más votos, aunque menos alcaldes y concejales). Por último, el coordinador regional de IU, Diego Valderas, también instó a "refundar la FAMP" y volvió a pedir una presidencia rotatoria.
