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Pues sí, Manolo Jiménez tenía razón

Dijo Jiménez en la previa del partido que pasara lo que pasara sería criticado. Y pasó lo que pasó, y fue criticado. Y fueron los aficionados los que pidieron su cabeza en el estadio. Porque el entrenador del Sevilla volvió a ofrecer argumentos en su contra. Cayó ante un equipo inferior, bueno, pero inferior, con síntomas de impotencia y limitación alarmantes.

el 16 mar 2010 / 22:03 h.

Nadie sabe qué habría pasado si el Sevilla hubiera logrado ayer la clasificación para los cuartos de final. Nadie lo sabe de hecho porque el equipo nervionense no sabe lo que es pasar a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Dejó pasar la oportunidad hace dos años, con Manolo Jiménez en el banquillo, ante el Fenerbahçe turco. Y anoche, con Jiménez en el banquillo, volvió a perder el tren, económico y deportivo, ante el CSKA de Moscú. Buenos equipos, sin duda, pero no mejores que el Sevilla. Y sin embargo saben lo que estar en cuartos de final.

Nadie sabe lo que habría pasado si el Sevilla se hubiera clasificado para los cuartos de final. Lo que sabemos es lo que pasó cuando el Sevilla quedó apeado. Que la afición se marchó del campo antes de que finalizara el encuentro, que una parte importante de la grada rescató el ‘Jiménez vete ya’ entre su impotencia y enfado. Dijo Jiménez que pasara lo que pasara sería criticado. Caer ante el CSKA en los octavos de final de la Liga de Campeones es para recibir críticas, todas las que quepan. No sólo por la eliminación en sí, sino por la forma. Con un equipo que no jugó a nada, que no pudo con un rival que tan sólo estuvo ordenado, que no supo reaccionar ante la adversidad, pero tampoco cuando el viento le sopló de cara, en la nevada Moscú. Manolo Jiménez es criticado porque, siendo un buen entrenador, es limitado, demasiado limitado para el Sevilla. Porque este club exige, y el mismo Del Nido ha defendido este argumento, objetivos como llegar a cuartos de final de la Liga de Campeones.

La derrota de ayer supone, a corto plazo, poco. La continuidad de Jiménez se pondrá en liza en varios meses, con el final de Liga y la final de la Copa del Rey. Pero a largo plazo puede suponer algo más. No llegar a cuartos supone no cuadrar el presupuesto, significa tener que vender, o no poder fichar jugadores de primer nivel, de sueldo de Champions. Significa, en definitiva, frenar el crecimiento. Y alguien será responsable.

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