Economía

Pulido amarra apoyo suficiente y acelera el SIP con Banca Cívica

Antonio Pulido presidirá también el grupo industrial. Banca Cívica pagará los impuestos en Sevilla tras una negociación que ha tutelado el Banco de España.

el 12 nov 2010 / 14:04 h.

El presidente de Caja Navarra y presidente de Banca Cívica, Enrique Goñi (d), con los máximos dirigentes de Caja Canarias y Caja de Burgos, Álvaro Arvelo (c), y José María Arribas.

Cajasol celebrará el martes en la ciudad de Guadalajara un consejo de administración ordinario en el que su presidente, Antonio Pulido, solicitará a sus miembros respaldo para cerrar la negociación de su entrada en Banca Cívica, el Sistema Institucional de Protección (SIP) que aglutina a Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos, una vez descartada la fusión con Unicaja.

En principio, tiene amarrada una mayoría absoluta del consejo gracias a los 12 votos de orientación socialista y los 4 de los populares, la indecisión de los 3 de CCOO (dos del sindicato más un impositor) y el no de los 2 de UGT (uno del sindicato y otro impositor).

Hoy por hoy, Comisiones Obreras mantiene que no dará el sí, aunque, dependiendo del proyecto que se presente y de las garantías laborales -cuánto personal saldrá y en qué condiciones- que lo acompañen, votará de una u otra manera. Sin embargo, no la obstaculizará.

La mayoría simple que se exige en ese órgano "no constituirá un problema", comentan fuentes financieras. Otra cosa será cuando haya que acudir a la asamblea general de la caja, donde se exigen dos tercios para que cualquier fusión salga adelante. Ahí el resultado será ajustado y, por tanto, decisivo el respaldo que ofrezcan los sindicatos.

Fuentes internas de CCOO reconocen que, con un Banco de España sobre la cabeza de Cajasol cual espada de Damocles, no existen alternativas, pues no hay opción con Unicaja, ni siquiera negociaron en serio. Que Cajasol camine sola -agregan- es también complicado, habida cuenta de que el propio supervisor apremió a la entidad sevillana a embarcarse en fusiones y afrontar mejoras en su eficiencia.

La operación, según las fuentes, fue recomendada y ha sido tutelada por el Banco de España, al tiempo que el Ministerio de Economía y Hacienda también tiene conocimiento de la misma y, además, la avala, al impulsar la reestructuración de las cajas.

Existe un documento firmado -no tiene la categoría aún de un protocolo de intenciones- por Antonio Pulido y Enrique Goñi, presidente ejecutivo de Caja Navarra y que lo será, también, de Banca Cívica. El sevillano, además de ser copresidente de la sociedad central del SIP, ejercerá la presidencia del grupo industrial conjunto -9.056 millones de euros es el valor de sus participadas- y gestionará la comunicación y las relaciones institucionales.

Mientras, a Cajasol le corresponderá el 29% (casi un tercio) del grupo operativo -ahora Caja Navarra tiene el 41%, Caja Canarias, el 30%, y Caja Burgos, el 29%, unos porcentajes que se verán modificados- y gestionará el negocio de Banca Cívica en el sur, dicen las fuentes.

La sede social y la fiscal -esto es, no sólo la residencia, sino también el pago de impuestos- se ubicará en Sevilla, mientras que una sede operativa quedará radicada en Madrid. Este hecho y las competencias adicionales que cosecha Cajasol son pruebas, agregan las fuentes, de que esta alianza será buena para ella, la economía y las finanzas andaluzas.

Hay un detalle más que podría incluso hacer reflexionar a los sindicatos sobre el desembarco de la caja sevillana en Banca Cívica. Si esta operación prospera, el grupo renunciaría a la entrada en su capital del fondo estadounidense J. C. Flowers &Co, que iba a tomar deuda por valor de 450 millones de euros convertible en acciones, operación que implicaba un paso más hacia su bancarización.

Así, el dinero que, por necesidades financieras, buscó Banca Cívica en esa sociedad extranjera vendrá a través del FROB (fondo de rescate de la banca española). A éste pedirán 1.100 millones de euros, recursos que el grupo sólo podía solicitar en el caso de que una caja se sumara a su proyecto, y en este caso es Cajasol, que aporta también solvencia.

El amparo del FROB hace que las negociaciones entre Cajasol y Banca Cívica -"se han sentado las bases del principio de acuerdo, si bien no se ha suscrito por las partes un protocolo de intenciones", comunicaron ambas entidades a la CNMV en el día de ayer- vayan a un ritmo acelerado, puesto que la vigencia del fondo expira el 31 de diciembre, y tanto sus autoridades como el supervisor exigen tener las solicitudes con al menos dos semanas de antelación. Urge. Los plazos, apurados.

En Cajasol admiten que se habían analizado varias alternativas -Unicaja e Ibercaja, entre otras-, pero la fraguada con Banca Cívica es "la mejor de las posibles" y que caminar sola era imposible pues se corría el riesgo de socavar la solvencia si la ya larga crisis económica se prolonga.

Pero, añaden, existe una complementariedad absoluta entre la caja de ahorros sevillana y la navarra, ésta más de ahorradores e industrial, aquélla con mayor perfil crediticio e inmobiliario. No se solapan las áreas de influencia de las cuatro cajas del SIP -unida a Unicaja, y según las fuentes, existiría sólo en Cajasol un excedente de entre 1.250 y 1.300 trabajadores- y la alianza está abierta a más incorporaciones.

Objetivo, alcanzar 100.000 millones en activos, frente a los 76.515 de la nueva Banca Cívica, con la que, asimismo, la entidad andaluza gana dimensión. ¿La operación a tres con Unicaja e Ibercaja hubiera prosperado? "No. Apostar por ella es no conocer el sector", sentencian.

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