Antonio Pulido, presidente de Cajasol, puso ayer patas arriba a la cúpula directiva de la entidad con una remodelación integral. Nuevo director general (Juan Salido), menos cargos y más control por parte de aquél son las claves de unos cambios con los que se quita el lastre de la transitoriedad.
Sólo ha transcurrido un año y medio desde que Pulido acometiera la última remodelación de la cúpula directiva de la caja sevillana y ayer emprendió otra. Aquélla tenía el propósito de acelerar el proceso de fusión de El Monte y San Fernando y, culminada esta operación el pasado mayo, el recién reelegido presidente afronta nuevos cambios -adelantados por elcorreodeandalucia.es en la mañana de ayer- para cuatro años que no son ya de transición, sino de la madurez de una entidad financiera que ha de enfrentarse a una crisis económica que tardará en superarse.
Rafael López-Tarruella deja la Dirección General de Cajasol -ha sido a petición propia tras ver agotada su etapa, según fuentes de la entidad- y su lugar es ocupado por un hombre de la casa y de la plena confianza de Pulido. Es Juan Salido, hasta ahora director financiero de la entidad. Como director general adjunto, pero reportando directamente al presidente, tendrá a Lázaro Cepas, cargo que compatibilizará con el actual de secretario general de la caja.
Los tres nombres citados serán los hombres fuertes de la entidad, pero el consejo de administración extraordinario celebrado ayer -inmediatamente después de otro de carácter ordinario- y que se prolongó hasta entrada la noche, se aprobaron más cambios que afectaron a casi todas las áreas de actividad de la caja.
En efecto, se simplifica el organigrama directivo -toca ahorrar y agilidad, esgrimieron fuentes de la entidad- y aparecen siete nombres en escena, todos ellos de promoción interna. Y quienes se descuelgan del comité de dirección, reducido en un 30%, serán o recolocados o prejubilados, según toque. Todo el organigrama se recortará casi en un tercio, según anunció Pulido.
En la cúpula directiva, por ejemplo, no aparecen históricos de la casa como Juan Carlos Ollero, Francisco García Beato y Miguel Ángel Gutiérrez Quesada. Luis Navarrete, ex presidente de Caja San Fernando y que hasta ahora ocupaba la vicepresidencia directiva de Cajasol -recientemente asumió la presidencia de una de sus participadas, Isla Mágica-, también queda excluido.
Las áreas claves de la caja de ahorros serán para José Antonio Sánchez Barrero (Comercial), José María Giménez (Riesgos), Pablo Cantalicio (Corporación Empresarial) y Patrocinio Álvarez Padilla (Intervención General). Mientras, María de los Ángeles Pérez Cerezal asume Tecnología e Inmovilizado, Jesús Téllez, Recursos Humanos, y Rosa Santos, Relaciones Institucionales y Obra Social. Esta última no rinde cuentas al director general, sino directamente a Antonio Pulido, que tiene en su poder las riendas de la Obra Social.
A juicio del presidente, Cajasol necesitaba un nuevo impulso en estos momentos de crisis económica, y para ello las nuevas incorporaciones "tratarán de simplificar procesos y agilizar todavía más la toma de decisiones", dijo al consejo de administración. Destacó, asimismo, que se ha querido dar entrada a un equipo joven pero a su vez con experiencia en el mercado financiero. "El impulso y la iniciativa comercial es clave en este momento para afianzar la posición de liderazgo con que cuenta hoy Cajasol en su zona de influencia", apuntó.
En el consejo de ayer, más preguntas de las habituales, dijeron fuentes sindicales, pero "no ha habido problemas", comentaron otras próximas al consejo de administración. Coincidieron en señalar que la fusión de San Fernando y El Monte es agua pasada, y que hay que encarar el incierto futuro de la crisis.
Y en este futuro, también la configuración del nuevo mapa financiero regional y el runrún de las fusiones entre las cajas de ahorros. Y un detalle más. En el nuevo organigrama de Cajasol, Antonio Pulido asume un control más personalizado de todas las áreas de la entidad financiera sevillana.
