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"Quería quitarme la vida, pero la vi en la cama y la estrangulé"

El acusado de matar a su mujer alega depresión. Sus hijos dicen que la maltrataba psicológicamente.

el 23 may 2011 / 12:26 h.

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"Estaba muy mal, muy mal, tenía un laberinto en la cabeza y había tomado siete o diez pastillas", repitió hasta la saciedad el acusado de acabar con la vida de su mujer en El Cuervo durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial. Ante un jurado popular, José Manuel C.E., de 53 años de edad, insistió en que "quería" a su mujer y que él tan sólo pensaba en "quitarme del medio". Sus hijos, en cambio, aseguran que "sabía lo que hacía" y que "maltrató psicológicamente" a su madre durante años.

En su declaración, que ha sido desordenada, fría y en muchas ocasiones hasta incoherente, el acusado dijo que la noche del 3 de enero del año pasado había consumido pastillas porque "sufría depresión o como se llame eso". Había discutido con su mujer, Josefa Ramírez, y "estaba muy mal. Me quería quitar la vida. Estaba con pastillas. Fui a verla a la habitación a ver cómo estaba y la cogí del cuello. Estaba casi despierta. Se defendió un poquillo y me dijo que la dejara y la dejé", explicó de forma imprecisa.

Tras estrangularla, Juan Manuel llamó a la Policía Local, diciendo que "había pasado algo en mi casa, que vinieran. Pero no sabía que estaba muerta. Cuando llegaron me dijeron que ya no se podía hacer nada". Eran las 4.30 horas del 3 de enero y el agente que cogió esta llamada escuchó al otro lado a un hombre "tranquilo", que los esperó en la puerta de su domicilio y que por teléfono les aseguró: "le he hecho algo grave a mi mujer y a lo mejor tenéis que detenerme". Luego, cuando ya iba en el vehículo policial, reconoció que "lo había hecho para hacer que sus hijos sufran más". Ayer, sin embargo, no fue capaz de explicar por qué lo hizo. De hecho, su defensa incluso dijo que "no se trata de un episodio de violencia de género", sino que fue producto de su "enfermedad y del tratamiento". "Quería a mi mujer, nunca le puse la mano encima y nunca le faltó dinero ni nada", insistía Juan Manuel sin hacer mucho caso a las preguntas de las acusaciones. "Que lo cuente todo mi abogada", cuando en un momento del interrogatorio decidió no seguir contestando preguntas.

El escenario que sus hijos describieron, en cambio, poco tenía que ver con el del acusado. Ninguno de los dos estaba en el domicilio cuando ocurrieron los hechos, pero el mayor, de 26 años, señaló que había estado por la tarde en casa de sus padres y que los vio discutir. Era lo habitual, según ambos, ya que Juan Manuel "siempre estaba encima de ella, buscando lo más mínimo para pelearse con ella y con nosotros. Yo lo que pasa es que me iba, pero mi madre la pobrecita no sabía dónde ir". Los dos chicos, y la hermana de la víctima, coincidieron en que el procesado "maltrataba psicológicamente" a Josefa, que sufría una depresión y ansiedad como consecuencia. Los tres también negaron el trastorno metal de Juan Manuel, porque "tomaba medicación, por una depresión, pero depresión tengo yo, que tengo 26 años. Por su culpa, porque me ha hecho un desgraciado", lamentó el mayor.

Juan Manuel se enfrenta a 20 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, que le reclaman tanto la Fiscalía como las acusaciones.


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