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Rajoy no cambia el paso

Mariano Rajoy tiene fama de ser un hombre tranquilo, reflexivo hasta el cansancio y poco dado a la acción. Y estos días, los del pistoletazo de salida de la campaña para las elecciones europeas, ha vuelto a dar muestra de ello.

el 16 sep 2009 / 03:12 h.

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Mariano Rajoy tiene fama de ser un hombre tranquilo, reflexivo hasta el cansancio y poco dado a la acción. Y estos días, los del pistoletazo de salida de la campaña para las elecciones europeas, ha vuelto a dar muestra de ello.

En una de sus semanas más duras al frente del Partido Popular por los escándalos de corrupción que golpean a sus barones Francisco Camps y Esperanza Aguirre, en Valencia y en Madrid respectivamente, y la sentencia del Yak-42 que responsabiliza a los militares que envió Federico Trillo a Turquía de "falsear" intencionadamente las identificaciones de 30 de los cadáveres; Rajoy no se ha movido ni un ápice de su discurso de los últimos meses. Puede que precisamente los comicios del 7 de junio sean los responsables de su actuación.

Hace semanas que el líder popular decidió creer al presidente valenciano pese a todo y a todos, por eso no extrañó que el pasado miércoles mantuviera "intacta" su confianza en Camps después de salir imputado por cohecho tras su comparecencia en el tribunal valenciano que investiga la trama Gürtel y de no presentar las facturas de los trajes que el magistrado le acusa de recibir de Álvaro Pérez, más conocido como El Bigotes, a cambio de contratos multimillonarios con la Generalitat.

Tanto Mariano Rajoy como el PP han demostrado tener una gran seguridad en la inocencia de Camps porque en mayor o menor medida todos han empeñado su credibilidad en las distintas y numerosas escenificaciones de apoyo, la última será hoy en un mitin en Alicante y que reunirá con motivo de los comicios europeos a Rajoy, Camps y también a Trillo. Todo lo contrario que en la rama madrileña de la trama Gürtel, donde todos los imputados por el tribunal superior han sido suspendidos de militancia por el partido. Una doble vara de medir muy cuestionada por la oposición y de difícil explicación.

Éste no ha sido el único fuego que esta semana caldea los cimientos de Génova -sede nacional de la formación-: la supuesta financiación ilegal del PP de Madrid a través de la fundación Fundescam destapada por el diario Público ha puesto en jaque a otro de los grandes activos del partido, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid con mayoría absoluta. Según este rotativo, el presidente de la CEOE, Gerardo Díez Ferrán, y otros importantes empresarios, donaron cientos de miles de euros a Fundescam -la fundación que financió la campaña electoral de Aguirre del año 2003- a pesar de tener contratos públicos.

Pero aquí no ha habido apoyos públicos, ni homenajes, ni escenificaciones similares a las de Valencia. Tampoco hay jueces de por medio. Al menos por ahora porque el PSOE madrileño anunció ayer que en las próximas semanas presentará una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción contra el PP de Madrid por un delito de cohecho. Tampoco Camps es Aguirre. Mientras que el dirigente valenciano ha sido leal a Rajoy hasta en los peores momentos, la lideresa ha intentado conspirar más de una vez contra el presidente de su partido: no en vano antes del Congreso de Valencia Aguirre trató de conseguir apoyos para pelearle a Rajoy la presidencia del PP.

Precisamente a esa época pertenecen algunos de los seguimientos a determinados miembros del Partido Popular -los llamados marianistas como Alfredo Prada (ex vicepresidente madrileño) o Manuel Cobo (vicealcalde de Ruiz-Gallardón)- que hoy están siendo investigados por el juez por si se llevaron a cabo con dinero público y que de nuevo implica a la Comunidad de Madrid en asuntos turbios.

De nuevo, Rajoy no sabe no contesta.

La sentencia del Yak-42 en la que se condena al general Vicente Navarro, enviado por Federico Trillo a Turquía para repatriar a los 62 militares españoles fallecidos, por "falsear" adrede las identidades de 30 de ellos, tampoco ha hecho reaccionar al dirigente popular. Tras años negando las evidencias, el fallo judicial no sirvió para exigirle responsabilidades políticas al entonces ministro de Defensa, al que el martes no le aceptó su renuncia como portavoz de Justicia.

Rajoy no actúa y así cree que no le da munición al PSOE en plena campaña de las europeas. Y, mientras, los socialistas usan su inacción para calentar a su desmotivado votante.

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