Cultura

Ramón Vila: viaje a la intimidad y la obra de un cirujano taurino

La biografía firmada por Víctor García-Rayo fue presentada en el Salón de Carteles de la Maestranza.

el 15 dic 2011 / 20:42 h.

La sala Malandar montó su concierto reivindicativo delante del árbol de Navidad que hay frente al Ayuntamiento.
La carrera del anterior cirujano jefe de la enfermería de la plaza de toros de la Maestranza bien merecía un libro que fuera más allá de la fachada de un personaje muy conocido en el damero de la ciudad. Pero hacía falta saber más; conocer la tensión que se vive detrás de las puertas del quirófano resolviendo los destrozos de una cornada, la intimidad de un médico que ha convertido su apellido en el referente de una especialidad que siempre luchó por dignificar.

Después de tres décadas, Ramón Vila se despedía del cargo el pasado mes de abril dejando el mando en manos de otro gran cirujano, el doctor Octavio Mulet, las riendas de un compacto y solvente equipo quirúrgico que es la mejor herencia del prestigioso galeno. Desde aquella despedida que llegó por sorpresa se han sucedido los homenajes y reconocimientos de una trayectoria que ahora recoge Víctor García-Rayo (Sevilla, 1969) en esta publicación editada por Abec-Editores que fue presentada ayer en el Salón de los Carteles de la propia plaza de la Maestranza. El acto contó con la presencia del autor, biografiado y el responsable de la edición, José Gámez, que definió a Vila como "un caballero sevillano".

García-Rayo, muy conocido por su faceta de periodista cofrade en la televisión, ha celebrado con esta obra su definitiva recuperación de las dolencias cardíacas que le separaron de la primera línea de la información, meses atrás. En su trabajo, García Rayo recoge la forja de la vocación sanitaria del prestigioso médico; su cercanía e intimidad con Paquirri, que invoca su nombre -que llamen al doctor Vila- en la agonía de Pozoblanco; las vidas salvadas de Pepe Luis Vargas, Curro Sierra, Jesús Márquez o Luis Mariscal; las pérdidas irremediables -fulminados de sendas cornadas en el corazón- de Manolo Montoliú o Ramón Soto Vargas en la Sevilla 92 y, de una manera especial, la lucha del cirujano por elevar la categoría de una especialidad, la cirugía taurina, que ha conseguido despegarse de la imagen de sordidez de épocas no demasiado lejanas.

En su intervención, García-Rayo habló de ese "hombre de pelo blanco, bata blanca, camiseta blanca y túnica blanca de la Amargura que tiene las manos blancas". El autor convirtió la presentación de su libro en un sentido homenaje al biografiado, al que definió como "una especie en extinción" señalando de paso que la redacción de la obra había sido un trabajo conjunto, un intercambio de confidencias que, más allá de la faceta profesional de Ramón Vila, ha querido retratar al hombre.

El propio Ramón Vila fue el encargado de cerrar el acto, refiriendo el tremendo trabajo de recopilación de datos y fotografías que habían abordado juntos precisando que "había conseguido acercarse a su interior" y que estaba lleno de "sevillanía, amistad, toreo y sentimiento".

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