Rubén Castro lamenta una ocasión fallada que pudo ser el 3-1 ante el Rayo (Kiko Hurtado).
Hace justo una vuelta, en el 90 de partido entre Betis y Rayo en el Villamarín, los verdiblancos ganaban 2-1 con mucho sufrimiento después de que Rubén Castro hubiera fallado dos ocasiones muy claras en los minutos 88 y 89 para haber hecho el 3-1 y dejado el choque resuelto. Pero Tito, en un caso, y el meta Cobeño, en otro, impidieron el gol y a la postre llegó el empate rayista en el 91 al aprovechar Bueno un tremendo error de Jordi Figueras al calcular mal el salto en un despeje.
Ese gol desencadenó una monumental tormenta en el Betis, que se llevó por delante al día siguiente a Pepe Mel, luego a Stosic, más tarde a Bosch, Garrido, Guillén... y pronto, salvo milagro, debe conducir al propio Betis a Segunda división, pues los tres puntos de diferencia que lo separaban de la permanencia ese día se han multiplicado hasta ser diez, señal de que todas las soluciones adoptadas desde entonces se han demostrado infructuosas.
Ese gol de Bueno en el 91 impedía a los verdiblancos truncar una racha que ya era de ocho partidos sin ganar (dos empates y seis derrotas) y lo había sumido en la cola de la clasificación después de contar los partidos previos casi por goleadas (5-0 el Atlético, 3-2 el Málaga, 1-4 el Barça y 4-0 el Sevilla, con la única excepción de un 0-0 con el Levante en casa).
Desde ese 2-2 con los vallecanos, el Betis ha sumado solo 12 puntos en 18 jornadas (0,66 por partido, exactamente el mismo promedio que firmó con Mel, 10 puntos en 15) mientras que los de Paco Jémez, que también llegó a estar muy cuestionado, han sumado justo el doble: 24 puntos, cosechados especialmente gracias al extraordinario tramo final de Liga que están firmando: con cinco victorias y dos empates en las ocho últimas jornadas, cuatro de ellas consecutivas en Vallecas, donde el Betis no gana desde el siglo pasado y los rayistas están firmando la segunda mejor racha de su historia, solo superada por las 9 victorias seguidas logradas en la 1977/78.
El Rayo, con 37 puntos, puede certificar hoy la permanencia de manera virtual, aunque tras los tropiezos de Elche, Osasuna y Getafe la tiene prácticamente en el bolsillo, pues la proyección de puntos necesarios sigue estando en 37 una jornada más. En Vallecas se espera celebrar con una victoria la fiesta de la permanencia que, obviamente, supondría el certificado de defunción de un Betis al que solo las matemáticas mantienen con un hilo de vida, pues ganando los cinco partidos que restan podría llegar a los 37 puntos en cuestión y mantener esperanzas de salvación si los demás siguen pinchando.
DIEZ BAJAS. Calderón cuenta nada menos que con diez bajas para afrontar este partido, pues Amaya, Guille Sara y Nosa fueron descartados antes del último entrenamiento de ayer por diversas molestias y sus ausencias se unen a las ya conocidas de Juan Carlos (sanción), Dídac, Caro, Salva Sevilla, Chuli, Nacho y Xavi Torres, de baja desde el pasado mes de noviembre.
El técnico bético incluyó en la convocatoria a los canteranos Pedro y Varela éste podría debutar hoy como titular y recuperó también a Perquis tras su énemima lesión, aunque parece que será Paulao el acompañante de Jordi en el eje de la zaga, pues el once que juegue de salida en Vallecas puede ser éste: Adán; Juanfran, Paulao, Jordi, Varela; Lolo Reyes, NDiaye, Nono; Leo Baptistao, Jorge Molina y Rubén Castro.
En las filas rayistas, la principal novedad es la vuelta del central Gálvez en vez de Borja López, una vez cumplido su partido de sanción. Paco Jémez tiene las bajas por lesión de Tito, José Carlos y Jonathan Viera, y por sanción la del rumano Rat, que cumplirá el segundo de los cuatro partidos que le impusieron.
Rayo Vallecano: Rubén; Arbilla, Gálvez, Zé Castro, Nacho; Trashorras, Saúl; Rochina, Bueno, Iago Falque; y Larrivey.
Real Betis: Adán; Juanfran, Paulao, Jordi Figueras, Varela; Lolo Reyes, N'Diaye, Nono; Leo Baptistao, Jorge Molina y Rubén Castro.
Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (comité canario).
Estadio: Vallecas.
Hora: 17.00 horas.
