Cofradías

Repuesta al culto la Virgen del Mayor Dolor

La dolorosa se hallaba en un estado precario, mal ensamblada y con peligro de dar un susto

el 08 mar 2012 / 19:15 h.

Una misa de acción de gracias dio la bienvenida a la dolorosa, expuesta anoche en besamanos extraordinario.

Después de tres meses de ausencia, los hermanos de la Aguas ya disfrutan de nuevo de la presencia de la Virgen del Mayor Dolor en la capilla del Rosario. La dolorosa que tallara Antonio Eslava (1945) sobre un modelo del barrista trianero Romero Morillo fue anoche repuesta al culto una vez culminada la comprometida restauración a la que ha sido sometida por el imaginero Luis Álvarez Duarte, un proceso que, según sus palabras, ha dejado "fotografías espeluznantes".


La imagen, que acompaña al Crucificado de las Aguas en el primero de los pasos de la cofradía del Arenal, abandonó su altar a primeros de diciembre para ser sometida a lo que en principio iba a ser un simple proceso de limpieza, estando previsto su regreso al culto pasadas las fechas navideñas. La policromía de la dolorosa se había tornado a un preocupante color verdoso, producto de los barnices y pinturas acrílicas empleados en las últimas restauraciones que sobre la talla practicaron Peláez del Espino y Bonilla. Sin embargo, relata Álvarez Duarte, la intervención terminó complicándose. "Cuál sería mi sorpresa cuando, estando ya en las tareas de limpieza, a punto de bisturí, le advertí ciertas grietas que me alarmaron". Gracias a un equipo portátil y tras serle practicadas varias radiografías en el taller del imaginero en Gines, se descubrieron en su interior elementos metálicos ajenos a la imagen. "La Virgen se encontraba en un estado precario, muy mal ensamblada y seccionada en cuatro partes desde la garganta hasta la cabeza. Con nada se movía y menos mal que se ha cogido a tiempo". Con todo, lo más sorprendente, relata el autor de la intervención, es que en el interior de la imagen estaba "el hueco" de los hierros que en su día le introdujo Peláez del Espino y que le fueron retirados en una intervención posterior de la que no consta docuemntación alguna en la hermandad. "Un buen restaurador lo que debería haber hecho es rellenar con una madera dura ese hueco y ensamblarlo bien".


Álvarez Duarte ha retirado todos los elementos metálicos de su interior -a excepción del nuevo perno colocado para la sujección de la corona- y ha procedido a rellenar los huecos en el interior de la cabeza con maderas de alerce y fresno, consolidando el soporte por dentro. En concreto, del interior de la imagen se han extraído "de 30 a 40 puntillas", amén de "una pasta que empleba mucho Peláez" y varios elementos de telas encoladas. Y es que, como insiste el imaginero afincado en Gines, "la Virgen corría peligro y en cualquier momento podría haber dado algún susto ya que no estaba correctamente ensamblada".


Aunque la parte más delicada de la intervención se ha centrado en el resanado y consolidación de la estructura interna de la imagen, la limpieza de la policromía ha permitido, además, recuperar en su integridad la policromía original de Antonio Eslava. "Hasta parte de donde se ponen los alfileres lo tenía ya en la madera", problema que también se ha solucionado. Explica Álvarez Duarte que la limpieza practicada sobre la pálida policromía dela Virgen del Mayor Dolor se ha realizado con criterios de conservación "muy respetuosos". "Lo único que van a notar los fieles es que la Virgen estaba antes verdosa y ahora está magnífica", algo de lo que dieron fe anoche los hermanos de las Aguas.

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