Qué tiene que ocurrir para acabar con este cúmulo de mala suerte, con un equipo que ha mejorado pero que inexplicablemente sale derrotado pese al buen juego, con este maremagno de la compraventa del paquete mayoritario de acciones del Betis que está generando un estado de absoluta incertidumbre.
Cuándo se acabarán en el Betis los culebrones veraniegos y las tribulaciones que rodean al club, que sumen a la afición en un profundo y alarmante conformismo. Qué nivel de paciencia habrá de soportar la sufrida hinchada verdiblanca o es que el célebre estoicismo bético se ha convertido en un adocenamiento que aletarga conciencias e inhibe a los más decididos.
Desencanto, pasotismo, descreimiento, desconfianza. ¿Resistiremos? ¿Hasta cuándo?
