El Cajasol encara un reto mayúsculo en Vitoria, en donde un triunfo puede valer su peso en oro en todos los sentidos. Y es que se acercan las fechas señaladas en rojo en el calendario y nadie quiere defraudar sus expectativas.
Tanto alaveses como sevillanos tienen la semana que viene una cita clave del curso en competición continental: el equipo de Dusko Ivanovic recibirá el martes y el jueves al Maccabi en los dos primeros duelos de la eliminatoria de cuartos de la Euroliga, mientras que el de Joan Plaza aguarda el miércoles al Budivelnik en la misma ronda, si bien de la Eurocopa.
Y la mejor forma de afrontar tales compromisos es sin duda habiendo acumulado grandes dosis de moral y confianza, en el caso de los sevillanos vital antes del duelo con los ucranianos. Atrás quedó la racha de diez victorias seguidas que empalmaron entre ambas competiciones. Las derrotas ligueras ante el Barça y el CAI han triturado la euforia y devuelto al equipo a la dura realidad de la exigencia máxima si se quiere alcanzar los objetivos.
En lo que a la ACB respecta, el play-off por el título se ha puesto de nuevo carísimo, con rivales de cuidado como Unicaja, Gran Canaria y Estudiantes peleando por la octava plaza.
Algunos escalones por encima, el Baskonia lidia con Valencia, Bilbao y Valladolid por asegurarse el factor cancha en la fase final por el título. Los vitorianos, muy irregulares este ejercicio, han perdido la mitad de los partidos en lo que va de segunda vuelta, y se muestran muy vulnerables lejos de su pista -un triunfo de las últimas nueve salidas-, no así en un Buesa Arena que sólo ha podido asaltar el Real Madrid.
El Caja Laboral, con tres hombres en el top ten de valoración (San Emeterio, Batista y Barac), acude a la cita con la baja de Pape Sow, que no volverá a jugar esta temporada. En todo caso, posee el mejor ataque de la ACB (78,3 puntos) y lidera las clasificaciones de asistencias (16,2), con Marcelinho al frente (5,9), y de tiros de dos (55,8%) y de tres (38,1%). Vamos, que el Cajasol deberá jugar como en la ida en San Pablo.
