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Cultura

‘Roberto Zucco’, la furia antes del fin

El Teatro Central acoge la propuesta de JulioManrique sobre el último texto de Bernard-Marie Koltès, víctima del SIDA

el 30 oct 2013 / 23:30 h.

El Teatro Central de Sevilla acoge mañana y pasado mañana, días 1 y 2 de noviembre, uno de los platos fuertes de su programación para esta temporada: la nueva y dura propuesta de Teatre Tomea, Roberto Zucco, original del gran dramaturgo francés Bernard-Marie Koltès y bajo dirección de Julio Manrique. Se trata de una obra de texto, basada en la figura de Roberto Succo, un asesino en serie italiano, que después de matar a sus padres con tan solo 19 años, escapó de la prisión donde estaba recluido y esparció terror y violencia a doquier matando a sangre fría a todo aquel que se le cruzaba por su camino. Finalmente, fue detenido por la policía cerca del domicilio familiar, en 1988. Manrique cuenta con un reparto de lujo encabezado por Pablo Derqui, que se mete en la piel del asesino italiano. Cristina Genebat ha hecho la traducción, y completan el elenco Maria Rodríguez, Xavier Boada, Laia Marull, Andrés Herrera, Rosa Gàmiz, Xavier Ricart y Oriol Guinart, quienes interpretan diversos papeles. Presentada por primera vez en la prestigiosa Schaubühne de Berlín, la última obra de Koltès antes de morir víctima del SIDA, está escrita con toda la furia de quien sabe que no le queda tiempo, es una obra espectacular y es su testamento literario. Representa para él la última oportunidad de ir más allá en la exploración de sus preocupaciones que tanto le atormentaban. Y se destila del texto una urgencia que ya se palpa en la primera lectura y que hace que la obra sea fascinante a la vez que conmovedora. Koltès escribe la obra tras encontrarse, en el metro de París, frente a un cartel con una fotografía del auténtico criminal, Roberto Succo, convertido en enemigo público número uno. El Succo real, un joven veneciano que, tras matar a sus padres, huye de una prisión italiana y se refugia en Francia, donde deja una estela de asesinatos inexplicables, violaciones y familias inconsolables, inspira a Koltès la construcción de uno de los mejores personajes del repertorio dramático contemporáneo, un “Hamlet moderno”, en opinión de algunos. En cualquier caso, un personaje con el aliento, la luz, la sombra y el tamaño que solo adquieren los grandes mitos. Julio Manrique apuesta por este texto, veinte años más tarde de su estreno en Barcelona, con un reparto de lujo. El Periódico de Cataluña dejó claro que “Pablo Derqui es un Roberto Zucco deslumbrante, absolutamente embriagador. Cuando Derqui habla, o cuando solo mira de forma intensa pero también perdida, sobrevuela por el escenario el ángel exterminador de Koltès”, apuntaba el diario. “A su alrededor, se despliega una inmensa galería de personajes, representados por tan solo siete actores, que desean, hieren, golpean, negocian, denuncian, huyen, agonizan, se pierden, sospechan, intercambian, traicionan y siempre, como en toda la obra del autor francés, luchan. Según Manrique, “Koltès era un poeta. Un poeta que escribía teatro, justamente porque el teatro es la cosa más efímera que existe y, por lo tanto, un buen medio, el mejor quizás, para explicar la vida”, concluía la crónica. El teatro de Koltès, basado en problemas reales, expresa la tragedia del ser humano solitario y de la muerte. Como los autores absurdos, Koltès se siente exiliado. Sin embargo, toma como punto de partida autores clásicos: Marivaux, Shakespeare, de quien tradujo Cuento de invierno y que nos lo volvemos a encontrar en Roberto Zucco. En esta misma línea de influencias, otros autores presentes en la obra de Koltès son Rimbaud y Claudel; de éste toma la idea de comunión con el espectador más allá del teatro. Autor de un teatro de revuelta, Koltès es un homosexual en un mundo heterosexual. El tema central de la escritura de Koltès es el individuo, como si fuesen almas errantes, solitarias, mujeres y hombres excluidos, los marginales de la civilización, los oscuros fondos de nuestras personalidades, las carencias, las incomprensiones. Y, más allá del realismo que imprime a sus textos, éstos conservan una variedad muy rica en formas que dan cuerpo a obras muy construidas, muy trabajadas. Bernard-Marie Koltès nació en Metz en 1948. Fue criado en el colegio jesuita de Saint-Clément hasta que obtuvo su bachillerato. Durante algunos años cursó clases de piano y órgano, y algunas semanas de periodismo. Después, en la escuela del Centro Dramático del Este de Estrasburgo, fundó la Compañía El Teatro del Muelle para la cual escribió Las Amarguras (1970), La marcha, El Juicio ebrio (1971) y Narraciones muertas (1973) que él mismo dirigía. Después de un viaje a la Unión Soviética en 1973, escribió la novela La huida a caballo muy lejos en la ciudad, y luego El Día de los Homicidios en la Historia de Hamlet. En 1976, escribió La Noche justo antes de los Bosques que él mismo dirigió en 1977 y que después fue presentada en toda Europa. En 1977 llegó el turno de Combate de negros y de perros, una de sus obras más reconocidas, que tiene como escenario las obras de una empresa extranjera en plena selva de un país africano no identificado. Se trata de un espacio inspirado por un viaje de un mes que el autor realizó a un país del África subsahariana. A principios de 1983, el famoso director francés Patrice Chéreau dirigió su obra Combate de negros y de perros, gracias a lo cual Koltès salió finalmente de su anonimato y se convirtió en figura de culto. Desde 1983 hasta su muerte, Chéreau fue el único en montar a Koltès en su país, Francia, dirigiendo sucesivamente Quai Ouest en 1986; En la soledad de los campos de algodón en 1987 y De vuelta al desierto en 1988. Su obra póstuma, Roberto Zucco, es la recreación de la vida de un asesino en serie, y produjo un considerable revuelo. Koltès murió de sida en 1989, a los 41 años. Desde entonces Koltès empezó a ser realmente reconocido como dramaturgo, tanto en Francia como en el extranjero, y se convirtió en un clásico del teatro francés contemporáneo.

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