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Romanos 6:14

Rouco ha irrumpido de nuevo en el debate civil, con prescripciones religiosas, dirigidas, por supuesto, a los católicos; no obstante, con tantos vecinos de esa confesión, y de otras, no puedo menos que preocuparme de ellos, y también del orden civil, en el que de nuevo el prelado pretende intervenir.

el 16 sep 2009 / 03:11 h.

Rouco ha irrumpido de nuevo en el debate civil, con prescripciones religiosas, dirigidas, por supuesto, a los católicos; no obstante, con tantos vecinos de esa confesión, y de otras, no puedo menos que preocuparme de ellos, y también del orden civil, en el que de nuevo el prelado pretende intervenir. Con relación a la píldora del día después -eficaz, según los científicos, si se toma dentro de las setenta y dos horas después del ayuntamiento-, Rouco ha afirmado que es abortiva y, por ende, según su propia doctrina, un asesinato. Una presunción de polvo fecundus (perdón por el latinazo) que no se corresponde con la ciencia, pero a la versión católica de ésta, estamos acostumbrados. De lo dicho por el prelado deduzco que los que incurran en la hispánica gallarda son reos de genocidio. Desde Onán, millones de pajilleros han aniquilado una media de 300 millones de espermatozoides que se sacrifican en esas infructuosas eyaculaciones. Y siguiendo con la ciencia canónica, desde el Concilio de Aquisgrán (917), los católicos se vieron privados -salvo pagando claro- de consumir huevos durante la cuaresma porque en aquel cónclave se decidió que el huevo era carne porque era el embrión de un pollo. El tabú alimenticio se mantuvo hasta 1553, cuando Julio III decidió que la tortilla era válida en cuaresma. Seguro que influyó la papa, a la que llamó fruta graciosa el eminente médico sevillano Monardes, que arribó a Europa por Sevilla en la primera mitad del XVI y llegó a los dominios papales de Julio a través de algún joven apuesto fraile de las Cinco Llagas en donde se usó la papa para alimento de los enfermos. Su Santidad, un devoto tortillero, probaría con la de papa y así los católicos se vieron regalados con el mejor de los manjares.

Dios, estoy seguro, estará más preocupado por otras cosas que por tortillas, gayolas o pastillas, pero siempre le salen intermediarios que, más que ciencia se inspiran en el primero de ellos, Pablo: "no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia". Bajo la ley ya sabemos que no, pero de gracia menos: mucho malaje.

Licenciado en Derecho y Antropología. aroca.javier@gmail.com

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