El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, negó ayer que la detención el martes de la nueva cúpula de la ilegalizada Batasuna haya sido una operación "preventiva" y dejó claro que las Fuerzas de Seguridad del Estado volverán a frustrar cualquier intento de ETA de volver a las instituciones democráticas. "Va a pasar una y otra vez. Mientras haya violencia ningún radical va a poder hacer política en este país, la Policía se lo va a impedir sistemáticamente", alertó Rubalcaba en una rueda de prensa en el Congreso, en la que emplazó a la izquierda abertzale radical a decidir "entre la violencia y la política".
El lehendakari, Patxi López, también fue muy contundente contra la izquierda radical e instó ayer al conjunto de la ciudadanía vasca a "alzar la voz contra la violencia" para impedir "sentirse más fuertes a quienes creen en el recurso de la violencia" y advirtió de que "responder a los violentos y hacerles conscientes de su soledad y debilidad es responsabilidad de todos".
Menos satisfecho con la operación se mostró el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, quien pidió que las detenciones cumplan "las garantías procesales" y se "respeten" los derechos que "asisten a cualquier persona". Asimismo, criticó que los arrestos son "un condicionante que algunos utilizan de manera interesada".
