Cultura

Rusia despide a Solzhenitsin bajo un diluvio

Rusos de todas las edades desafiaron el martes la incesante lluvia que cayó sobre Moscú para dar el último adiós al escritor Alexandr Solzhenitsin, quien denunció en sus obras las miserias y horrores del totalitarismo soviético. (Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 09:21 h.

Rusos de todas las edades desafiaron el martes la incesante lluvia que cayó sobre Moscú para dar el último adiós al escritor Alexandr Solzhenitsin, quien denunció en sus obras las miserias y horrores del totalitarismo soviético. "Solzhenitsin fue para el siglo XX lo que Dostoyevski y Tolstói para el XIX. Su misión vital fue acabar con el comunismo", señaló a Efe Víctor Zhívov, filólogo y amigo del escritor, que falleció el domingo en Moscú de insuficiencia cardíaca.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, fue uno de los primeros en acudir a la capilla ardiente situada en la Academia de Ciencias de Rusia de Moscú. Putin, que calificó la disolución de la URSS como "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", depositó un ramo de rosas rojas a los pies del féretro donde yacía el cuerpo de Solzhenitsin y se acercó a la viuda, Natalia, para darle el pésame.

La viuda del autor de Archipiélago Gulag, sus dos hijos y sus nietos recibieron estoicamente durante varias horas las condolencias de decenas de representantes de la política y la cultura rusas y también de ciudadanos de a pie.

El ex presidente soviético Mijáil Gorbachov, durante cuyo mandato a Solzhenitsin se le restituyó la ciudadanía soviética, también se personó en la Academia, al igual que el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.

Pese a la lluvia torrencial, miles de moscovitas no desaprovecharon la oportunidad de rendir un último homenaje a Solzhenitsin, premio Nobel de Literatura en 1970, cuatro años antes de ser deportado por las autoridades soviéticas. Los creyentes se arrodillaban y se persignaban ante el escritor, otros incluso portaban en silencio velas encendidas y alguno no pudo contener las lágrimas.

En su mayoría, los que acudieron a la capilla ardiente eran personas de edad avanzada, pero también había jóvenes y estudiantes universitarios.

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