Las cuentas no le cuadran a Sacyr, que ve que la explotación de las setas de la Encarnación, año y medio después de su apertura total, no están siendo tan rentables como preveía. Tal es la situación que en abril de 2012, la empresa, que debería gestionar el Metropol Parasol durante los próximos 39 años, solicitó resolver el contrato de explotación, para lo cual exigió además 35,1 millones. El Gobierno municipal no está por la labor de asumir tales emolumentos y así lo ratificó en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo de ayer, que desestimó la petición de Sacyr por vía urgente alegando, a través de un informe jurídico, que se está cumpliendo con el convenio firmado en 2005. Si el mensaje de la resolución no quedaba claro, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, expuso la postura municipal: "No estamos dispuestos a que las setas sigan costando más dinero a los sevillanos", afirmó, en alusión al sobrecoste que ya de por sí tuvo la obra, que se presupuestó inicialmente en 54,5 millones y se disparó hasta los 102 millones.
Sacyr optó por no pronunciarse al respecto. Al menos por ahora, ya que está a la espera de analizar la resolución de Urbanismo para fijar su postura oficial. Por tanto, lo único que se conoce es lo que llegó a Urbanismo y ha trasladado a los medios: Sacyr quiere resolver el contrato que firmó en diciembre de 2005 con el anterior gobierno con todo lo que implica. Es decir, la reversión a la Administración de las obras y bienes entregados en concesión demanial y la devolución de las garantías definitivas constituidas por ejecución de las obras y su explotación, según recalca la nota remitida por Urbanismo. Además, Sacyr solicita reformular un plan de reequilibrio financiero a favor de la empresa de 35,1 millones, ya que considera que el Ayuntamiento ha incumplido obligaciones que se recogían en el contrato. Así, se remiten a las pérdidas sufridas por el acceso gratuito de los sevillanos al mirador, estimadas en 264.000 euros anuales; el retraso en la entrega del inmueble del número 24 de la Encarnación -que se estipula en 59.363 euros mensuales, por lo que ya supera el millón-; o la repercusión del coste de explotación a los placeros del mercado menor de lo pactado. A eso suman el retraso de 10 meses al pagar la última certificación de obra, que se abonó en febrero; así como la inversión no amortizada y el lucro cesante hasta 31 de enero de 2012.
Esas quejas conforman el montante de 35,1 millones que Sacyr quiere recibir y el Ayuntamiento se niega a abonar. En ese pulso, Urbanismo replica que se ha sumado a esas exigencias dos modificaciones de obras que acarrearon beneficios no previstos por Sacyr valorados en 38,9 millones: la reforma del Antiquarium y la obra acometida por problemas en uno de los pilares del Metropol que no soportaba bien el peso.
Además, parten de la premisa de que han cumplido a rajatabla el contrato con Sacyr. Urbanismo se agarra a un informe jurídico, fechado el pasado 13 de diciembre, para desestimar la petición de la promotora. En ese informe alegan que "no se da ninguno de los supuestos de resolución de contrato" previsto en la Ley de Contratos en Administraciones Públicas. Al hilo de ello, aseguran que no se puede acreditar que la explotación de la obra se haya suprimido, ya que "la concesión y la actividad se siguen prestando".
Con el informe, el Consistorio marca posiciones ante un nuevo pulso con Sacyr, que se atisba que será de largo recorrido, ya que tras la reclamación de 35,1 millones, no es de esperar que ahora se retracte. A sabiendas de ello, Vílchez avanzó que el Ayuntamiento "no está dispuesto a que las setas sigan costando más dinero a los sevillanos", aunque sí que aportó un matiz: desestima la resolución del contrato, pero sí estudiará "por estar obligado" la petición de la empresa sobre el plan económico financiero, que es donde reclama la cuantía en cuestión.
