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Salud ordena cerrar el asador marbellí que aún permite fumar

La Policía no pudo precintar el local por falta de una orden judicial

el 10 feb 2011 / 20:59 h.

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El dueño José Eugenio Arias se fuma un puro en su asador después de que una inspectora de Salud le informase del cierre.

Dos inspectores de la Consejería de Salud entraron ayer en el Asador Guadalmina de Marbella con intención de clausurarlo temporalmente. El acta del cierre provisional se justifica en el "incumplimiento e insumisión clara y permanente del empresario contra la legislación vigente en materia antitabaco". Una veintena de vecinos se agolparon a las puertas para apoyar al propietario, pero éste aún no había llegado. Eugenio Arias Camisón apareció por la tarde y esperó dentro de su local fumándose un puro a que llegaran "los de Salud". Se dejó fotografiar hasta que llegó la inspectora que le ordenó la clausura. Él se negó. La Policía estaba presente, pero al cierre de esta edición no contaban con una orden judicial para poder precintar el restaurante.

Desde el 2 de enero el local se había negado a acatar la nueva ley antitabaco y, pese a las reiteradas advertencias de la Junta y a un aviso de sanción de 145.000 euros, Arias Camisón siguió permitiendo fumar a sus clientes hasta ayer. Salud lo interpretó como una "falta muy grave" y la actitud del hostelero "un quebranto de la Ley General de Sanidad". El Asador Guadalmina fue el primer establecimiento de España que se declaró "insumiso" ante la ley. Al rechazo de Arias se sumó una cervecería de Cabra (Córdoba), y más tarde bares de Murcia, Extremadura, Valencia, Madrid y Cataluña.

Finalmente, la consejera de Salud, María Jesús Montero, anunció ayer en Sevilla que el asador marbellí sería clausurado por la tarde. El dueño se encontraba en ese momento en Madrid recogiendo firmas en contra de la nueva la ley antitabaco (ya cuenta con 165.000). Se enteró por los medios de que iban a precintar su local y tomó el primer tren de vuelta a Málaga con idea de "evitar como sea el cierre". "Llamé al encargado para darle orden de que no cesara la actividad hasta que yo llegara", dijo. Arias acusó a Salud de "prevaricación" y dijo que se defendería "a muerte".

El restaurante podría seguir abierto si su responsable hubiera comulgado con la ley y retirado todos los carteles que permitían fumar. Pero Arias Camisón, que impulsa la asociación Reforma (de la Ley Antitabaco) o Ruina (de la Hostelería), no valoró esta posibilidad en ningún momento.

Reacción en Córdoba. Entretanto, el dueño de la cervecería La Espuma, en Cabra, Rafael León siguió a través del twitter la clausura del asador de Marbella. Ambos propietarios se habían apoyado el uno en el otro en su lucha contra la ley antitabaco. El cordobés colgó en su bar un cartel de "prohibido fumar", bajo otro en el que se repudiaba la ley. "Ni prohibimos ni permitimos", dijo.Ayer León se mostraba "abatido". Su mujer, al enterarse de que la Junta iba a cerrar el local de Marbella, "se asustó" y pidió a su marido que acatasen la ley. "Voy a tener que seguir yo solo. Mi mujer se quedará con este bar, que permitirá fumar, y yo tendré que abrir otro local. Si esto es el divorcio, será el divorcio", dijo. "Soy muy cabezón. Merece la pena luchar por nuestro derecho constitucional", añadió.

La Federación Andaluza de Hostelería censuró la actitud de los bares insumisos con la ley, pero a las pocas semanas de su entrada en vigor reconoció que las pérdidas estaban siendo considerables. Su secretario general, Antonio García, calificó ayer de "desproporcionado" el cierre cautelar del asador. "No podemos promover la desobediencia civil, pues estamos en un Estado de derecho, pero creemos que el castigo es exagerado en relación con el delito cometido", dijo. En cambio, la federación Facua-Consumidores en Acción entendió que la sanción era "previsible" y "proporcionada" y que se trataba de un "aviso a navegantes" para todo el sector, informa Europa Press. A última hora de ayer, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, aseguró que "a los insumisos no se les puede tratar igual que al resto de ciudadanos". La consejera de Salud concluyó que "el desalojo del asador no debía ser traumático". Ahora depende de un juez y de la Policía.

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