Cinco años ha durado el martirio de Santa Catalina... y los que le quedan. Ayer comenzó la obra de recuperación de las cubiertas del templo en sustitución de las estructuras de aluminio instaladas provisionalmente en el año 2005. Esta primera intervención, que cuenta con una duración de siete meses, ha sido posible gracias a los 1,1 millones de euros liberados por la Gerencia de Urbanismo y la Consejería de Cultura, instituciones que junto al Arzobispado aprovecharán ahora el colchón de estos meses de obra para resolver "la arquitectura financiera" del proyecto integral de rehabilitación de la iglesia, aún por consensuar en cuanto a plazos y aportaciones económicas de las entidades implicadas.
Aunque Ayuntamiento, Junta y Arzobispado celebraron el comienzo de las obras, todos se comprometieron a negociar el proyecto de rehabilitación integral de una iglesia declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y que cerró sus puertas en junio de 2004 por problemas de filtraciones de agua en las techumbres. De hecho, las obras que ayer comenzaron con el acto simbólico de entrega de la primera teja por parte del Ayuntamiento y la Junta al Arzobispado, suponen un coste de 592.000 euros para la recuperación y conservación de las cubiertas, mientras que el resto se dedicará a la redacción del citado proyecto que habrá de definir las obras globales.
El delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, defendió que "empezar la casa por el tejado" es, en este caso, la mejor opción y recordó que en el contrato adjudicado a Construcciones Bellido se incluye la redacción del proyecto integral que "determinará los costes y plazos definitivos". A lo que el vicario general de la Diócesis, Francisco Ortiz, se mostró "muy optimista" y anunció que el Arzobispado "se implicará económicamente" pese a que se "busque el apoyo del Estado". Ortiz aludió una vez más al modelo de restauración del Salvador, en el que también se contó con la sociedad civil.
De hecho, el delegado provincial de la Consejería de Cultura, Bernardo Bueno, no ocultó que "la Iglesia tiene que implicarse" económicamente porque se trata de "una joya" de "valor incalculable" en materia de patrimonio histórico y "la rehabilitación de un edificio como este requiere grandes inversiones". Bueno señaló que las instituciones implicadas se dirigirán "al Estado" para buscar su ayuda, "porque merece la pena". "No vamos a esperar a que terminen estas obras para acudir a donde tengamos que acudir y conseguir esa financiación", aseveró Bueno.
Eso sí, nadie se atrevió a fijar plazos para el final de todas las obras y la apertura del templo. Sólo el delegado de Cultura destacó que "con el comienzo de estos primeros trabajos, la iglesia de Santa Catalina está prácticamente salvada, pues quedan solucionados todos los problemas estructurales", al tiempo que advirtió: "A partir de ahora hay que seguir trabajando. La puesta al día del templo una vez rehabilitado el techo va a durar años debido al mal estado del edificio".
Tejas como las del siglo XIV con tecnología actual. La actuación sobre el tejado de la iglesia de Santa Catalina se centra en los faldones de la cubierta de la nave central y de las naves laterales (epístola y evangelio) hasta el comienzo del presbiterio, cuya cubierta fue restaurada en 1992 y parcheada en 2005 con láminas de aluminio. La superficie total afectada asciende a 840 metros cuadrados. El arquitecto encargado, Francisco Granero, explicó que mediante métodos "del siglo XIV" y "tecnología actual" será recuperada la cubierta de tejas. La actuación incluye además intervenciones sobre los artesonados de madera. El párroco de Santa Catalina, Antonio Hiraldo, se mostraba ayer exultante ante el inicio de las obras: "Después de más de cinco años de espera impaciente, llegó el gran día".
