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Sastre, el séptimo emperador

Carlos Sastre se convirtió en los Campos Elíseos en el séptimo emperador de la dinastía española en el Tour de Francia, prueba que cumplió con el trámite de la última etapa disputada entre Etampes y París, que se adjudicó el belga Gert Steegmans (Quick Step). Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 08:47 h.

Carlos de Torres (EFE)

Carlos Sastre se convirtió en los Campos Elíseos en el séptimo emperador de la dinastía española en el Tour de Francia, prueba que cumplió con el trámite de la última etapa disputada entre Etampes y París, que se adjudicó el belga Gert Steegmans (Quick Step).

Los Campos Elíseos se rindieron ante el nuevo emperador del Tour de Francia, quien se abrazó a sus hijos nada más llegar a meta. Un corredor forjado en la escuela de ciclismo de su padre, su escultor deportivo y principal responsable de que el Tour haya incluido en su libros de historia a un español por tercer año consecutivo y con nombre diferente, algo que no ocurría en la Grande Boucle desde los años cincuenta, con los franceses Louison Bobet, Roger Walkowiak y Jacques Anquetil.

En su primera oportunidad como jefe de filas Sastre hizo pleno. Respondió a la confianza del director del CSC, hasta el punto de que puso en el casillero español el triunfo número 11.

Sastre, aclamado también por su mujer, Piedad, y sus dos hijos, se subió a la línea sucesoria de los campeones españoles que empezó Federico Martín Bahamontes en 1959 y que siguieron Luis Ocaña (1973), Pedro Delgado (1988), Miguel Indurain (1991 a 1995), Óscar Pereiro (2006) y Alberto Contador (2007).

La fiesta se completó con el maillot verde de Óscar Freire, el primero del ciclismo español en el Tour, valiosa prenda en el cuerpo del triple campeón del mundo que ya apunta a los Juegos de Pekín. El botín del ciclismo español se completó con cuatro triunfos de etapa: Valverde en Plumelec, Luis León Sánchez en Aurillac, Freire en Digne-les-Bains y Sastre en el Alpe d'Huez. Además Samuel Sánchez acabó séptimo en la general y Valverde noveno, éste último alejado de su objetivo de luchar por el podio.

En la clasificación final, el australiano Cadel Evans (Silence), a 58 segundos, y el austriaco Bernhard Kohl (Gerolsteiner), a 1.13 minutos, escoltaron a Carlos Sastre, quien subió al podio con sus hijos, también brazos en alto.

También subieron al podio parisino mismo Berhnard Kohl como rey de la montaña, el luxemburgués Andy Schleck como mejor joven y el CSC en pleno como mejor equipo.

La etapa fue todo un despliegue de buen rollo en el pelotón, que dedicó todo tipo de gestos amables al campeón español. No faltaron las fotos junto al maillot amarillo, el brindis con champán y sobre todos las charlas distendidas. Sastre y Freire, que coincidirán en los Juegos Olímpicos, hablaron como si hiciera diez años que no se veían. Otros corredores optaron por ponerse lo cascos de los motoristas.

Pero todo fue llegar a los Campos Elíseos y cambiar el decorado.

La victoria en París se cotiza alto, sólo hay que ver el palmarés lleno de sprinters ilustres. El Quick Step, en el último suspiro, justificó su presencia en el Tour con la victoria del belga Geert Steegmans, de 27 años, quien ya estrenó su palmarés en la carrera el año pasado en Gante. La segunda plaza fue para el alemán Gerald Ciolek y la tercera para Óscar Freire, al que le faltaron fuerzas para poner la rúbrica de oro a otro Tour español.

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