El Sevilla de Míchel y Del Nido aplastó al Mallorca de Joaquín Caparrós y Serra y mete los dos pies en los cuartos de final de la Copa del Rey, pese a que aún habrá que disputar el partido de vuelta el próximo 9 de enero en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde el concluyente 0-5 ayudará poco a hacer una buena taquilla.
Y es que el actual sistema de competición copero está muerto, y no hay más que ver los campos prácticamente vacíos que se registraron ayer, lo que viene siendo tónica habitual desde que las eliminatorias volvieron a ser a doble partido y estos, por regla general, pierden casi siempre su interés por dos motivos: A) El primer partido interesa poco porque no es decisivo. B) El segundo partido deja de interesar si en el primero se ha dado un resultado claro, como es el caso.
Aparte, el grueso de la Copa suele jugarse en los meses de diciembre y enero, con unas condiciones climatológicas muy adversas y unos horarios vampirescos que no invitan a salir de casa, así que todo lo que no sea pisar las semifinales es una ruina en todos los sentidos y demás. El Sevilla ya está en cuartos, virtualmente, y ahí le esperan Zaragoza o Levante, otros rivales poco taquilleros pero asequibles. El gordo estaría en semifinales, contra Atlético, Getafe, Las Palmas o.... Betis, ya se verá. Y presumiblemente Barça o Madrid en una final con premio (europeo) asegurado.
De momento, el 0-5 viene a confirmar varias cosas: que Negredo es más importante en este equipo de lo que muchos piensan y que cuando juega Rakitic a su nivel este Sevilla es otro. Ayer, además, aunque apareció poco, Jesús Navas volvió a dar dos asistencias de gol, que es lo que se le demanda. Y Palop paró un penalti e hizo méritos para recuperar la titularidad ¿O no?
Ahora queda por ver si Caparrós (KOparrós lo bautizaron ayer en twitter) llega para el partido de vuelta. Los polvorones del utrerano dependen de lo que haga ante Athletic y Betis en el Villamarín, donde tantas veces se las tuvo tiesas con Serra, hoy su jefe. Son ya 13 partidos sin ganar y 9 perdidos, éste último por un humillante 0-5. Demasiados.
