Local

"Sé que la niña no es mía pero quiero que tenga una infancia feliz"

Pilar tiene dos hijos biológicos y hace un año acogió a una pequeña de ocho. Ya es de la familia.

el 17 nov 2012 / 20:00 h.

TAGS:

María Caballero.
Pilar siempre quiso ser madre. Y lo fue, de un niño que ahora tiene 10 años y una niña de 4. Nunca había pensado en acoger a un pequeño retirado a sus padres biológicos pero a través de un familiar que trabaja en una asociación, empezó a conocer las situaciones por las que pasan algunos de estos niños y "no soporto saber que a un niño se le hace daño". Su familiar llevó varias veces a su casa a niños acogidos en centros de protección "que llevaban tiempo sin que los visitara nadie, para que vieran lo que era una familia normal y jugaran con mis hijos". Uno de ellos, una niña de 7 años, se le quedó especialmente grabada "porque sé que a un pequeñín lo acoge cualquiera pero a los mayores no".

Comentó sus sentimientos con su marido, sin plantearle nada "porque pensé que me iba a decir que estaba loca, teniendo dos niños ya". Pero cuando un día su hijo mayor llegó del colegio con un folleto de Aproni en el que buscaban familias de acogida "fue él el que me lo dijo".

Dicho y hecho. Contactaron con la asociación y dejaron claro que no iban a escoger entre varias opciones. "No nos parecía ético, al que nos ofrecieran lo íbamos a aceptar". Y fue una niña precisamente de 8 años (ahora tiene 9). "No es nada problemática. De hecho, es muy madura para su edad, lo que nos pidieron es que la volviéramos niña de nuevo".

Tiene claro que la tutela de la pequeña, a la que lleva una vez al mes a la sede de Aproni para que vea a su madre biológica -las familias no se conocen- no es suya sino de la Junta y "cualquier día me pueden llamar para llevársela" y cuando cumpla la mayoría de edad decidirá "como mis hijos pueden hacer". "¿Qué me llevo yo de esto? Que ha estado un tiempo con una familia normal, y sé que lo pasaré mal, que es lo que todo el mundo me dice, pero aquí la importante no soy yo sino ella, si se la llevan es porque será mejor para ella. Yo lo que quiero es que el día de mañana mire atrás y recuerde que ha tenido una infancia feliz, como yo y mis hijos, y no quede traumatizada por esos primeros seis años y medio que vivió, pues ella recuerda que su madre no se portó bien con ella. Mis hijos se quedan asombrados con sus relatos".

Por lo demás, el día a día en casa de Pilar es "muy normal, con no más estrés que el que da tener tres hijos". Entre ellos se llevan "como hermanos", es decir, se quieren y se pelean a partes iguales y "tienes que medir a los tres por el mismo rasero y olvidarte de su historia pasada porque ella ya no es digna de lástima". Pese a las reticencias iniciales del resto de parientes "a la niña no la acogen solo los padres sino tíos, abuelos, primos..." y sobre todo los hijos de Pilar. "La pequeña no hace distinción, la ha conocido con 3 años y lo único que le choca es que tenga dos mamás. Y al mayor estuvo de acuerdo desde el principio cuando le expliqué que había niños sin papá o mamá. Decía "pobrecitos" y le abrió la puerta a una extraña y lo compartió todo". Pilar pasó "el peor examen de mi vida" para superar la entrevista final de la Junta tras el certificado de idoneidad y hubo un proceso de adaptación en el que la niña primero pasó tardes en la casa, luego fines de semana hasta quedarse a dormir. A su juicio, para acoger "hay que tener la necesidad de ser madre biológica cubierta o no tener esa necesidad porque ese niño no es tuyo y tienes que darlo todo sin esperar nada a cambio. Yo creo que tener hijos es un acto de egoísmo, los tienes porque quieres y te imaginas un futuro que con ella también me querría imaginar pero no debo. Te tiene que mover querer que el niño sea feliz sin importarte tus propios sentimientos".


Teléfonos de información: 902 102 227 (Junta de Andalucía) y 900 87 82 81 (Aproni)

  • 1