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Sede del 15M con ‘copyright’

Las polémicas setas son el escenario preferido de las manifestaciones, cuentan con tienda oficial y el PP sigue litigando por su sobrecoste mientras las incluye en los vídeos turísticos

el 28 mar 2013 / 00:48 h.

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 Desde su inauguración, las setas han sido punto de arranque y final de muchas manifestaciones de protesta. / J. M. Paisano (Atese) Desde su inauguración, las setas han sido punto de arranque y final de muchas manifestaciones de protesta. / J. M. Paisano (Atese) No hacía ni dos meses que el anterior Gobierno de PSOE e IU había inaugurado su proyecto más polémico, el Metropol Parasol, cuando el movimiento indignado del 15M lo escogió como sede de las acampadas que siguieron en Sevilla la estela de la de la Puerta del Sol en plena campaña electoral de las municipales de 2011. Entonces, el PP de Juan Ignacio Zoido estaba en la oposición con serias aspiraciones a gobernar. Y uno de los ejes de su campaña era arremeter contra los proyectos faraónicos del exalcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y sus efectos en las arcas municipales. El sobrecoste de las setas –los 51 millones presupuestados inicialmente se convirtieron en cien– y la polémica estética sobre una construcción vanguardista en pleno casco antiguo le dieron munición. En estos dos años, las setas han sido un escenario recurrente no solo para el 15M sino para manifestaciones de todo tipo y coincidiendo con su primer aniversario, el PP ya en el Gobierno anunció un litigio con el arquitecto, Jürgen Mayer, para reclamarle una indemnización por el sobrecoste. Litigio que pese al oportuno anuncio estuvo parado hasta hace el mes pasado cuando Urbanismo inició los primeros trámites y cuantificó la petición en 4,2 millones de euros. Pero al mismo tiempo, la imagen del mirador aparece en cuantos vídeos de promoción turística realiza el Consistorio. El alcalde ha acudido ya varias veces a inaugurar exposiciones en el Antiquarium y en una entrevista en Hora 25 de la Cadena Ser, realizada en el mirador el pasado 20 de abril con motivo del vigésimo aniversario de la Expo del 92, llegó a reconocer que le “gustan” las setas. Plantó cara a Sacyr, la empresa que explota el recinto, cuando quiso rescindir el contrato (la cesión es por 39 años) e incluso reclamó al Ayuntamiento 35 millones por las pérdidas sobre los beneficios previstos. Y de símbolo del movimiento anticapitalista del 15M se ha convertido en nada más y nada menos que una marca registrada (SetasdeSevilla) con su propia tienda oficial donde la silueta de la estructura diseñada por Mayer aparece estampada en tazas, camisetas, llaveros, imanes, chapas y hasta se venden maquetas o libros del propio arquitecto. La tienda, estratégicamente situada frente a la entrada y salida del Antiquarium y el ascensor que lleva al mirador, abrió en diciembre y según Ángeles, una de sus dependientes, las camisetas y las maquetas son los productos estrella que no solo compran turistas nacionales y extranjeros, también sevillanos pues “no es el souvenir cateto”. Ayer, en plena Semana Santa, eran muchos los visitantes paseando por la zona, como una pareja argentina que reconoce que “la primera impresión es muy llamativa porque es muy rupturista pero no queda mal” u otra brasileña para quien “es bonito el contraste”. Ninguno conocía antes el monumento y preguntaban cómo subir arriba del todo. En la taquilla del ascensor, la subida es gratis para los locales y a 1,35 euros para el resto, señalan que la frecuencia de visitas varía mucho según el día. Ayer a media tarde ya iban mil. La opinión de los sevillanos ha sufrido casi la misma evolución que la del PP municipal. “Han salido demasiado caras pero es un contraste, llama la atención, está curioso y es un reclamo turístico. No es lo mismo encontrarte las vallas y excavaciones que poder pasear por arriba”, explican José y Vanesa mientras curiosean con sus hijos. Loli, pese a trabajar por la zona, reconoce que es la primera vez que visita la plaza principal del mirador. Pablo y sus amigos, sin embargo, sentados en uno de los bancos, suelen frecuentar la zona incluso para “hacer BMX con la bici” (maniobras con bicicletas especiales de ruedas pequeñas). Pero sin duda quienes coinciden en que las setas han marcado un antes y un después en la Plaza de la Encarnación son los negocios de los alrededores. Casa Ricardo El Buen Punto lleva once años en una esquina de la plaza y su gerente, Ricardo Gutiérrez, no lo duda. “El cambio ha sido del 100%. Yo no tenía veladores y ahora tengo nueve y no abría los sábados y ahora es el mejor día. He sido de los más beneficiados de la plaza”, asegura. En la calle Regina, el último local en abrir, hace apenas unas semanas, es el café cultural La Mercería. Una de sus socias, Nuria Lupiáñez, reconoce que se plantearon ese emplazamiento porque “la frecuencia de paso es ahora infinitamente mayor” y reconoce que desde que vieron por primera vez el local a principios de 2012 hasta ahora han visto “cómo cada vez se ocupaban más locales y cómo subían los precios”.

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