La policía china ha detenido hasta el momento a seis personas y está interrogando a otros 22 sospechosos de estar implicados en el escándalo de la leche adulterada con melamina de la firma estatal china Sanlu. Ayer se sumó una nueva víctima, con lo que ya ha dejado cuatro bebés muertos y más de 6.200 afectados, según la prensa local.
Los dos últimos detenidos son un hombre de 52 años apellidado Hu, que confesó haber vendido 80 kilos de melamina al gerente de una compañía ganadera, y otro de 58 años de apellido Bian, veterinario y subdirector de la firma, que añadió el químico a la leche que le vendían a Sanlu.
Este escándalo, que deja en evidencia la promesa hecha por el Gobierno el año pasado de limpiar su industria alimentaria, ha causado también la expulsión de cinco funcionarios locales, el último de ellos el alcalde y jefe del Partido de Shijiazhuang, Ji Chuntang. La melamina es un compuesto químico prohibido para el consumo humano que da mayor consistencia a los líquidos ya que al ser rica en nitrógeno engaña los detectores del nivel de proteínas que se miden en los lácteos. Así, mezclada con la leche en polvo causa problemas en los riñones del bebé. El más frecuente: cálculos renales.
Tal es la situación que miles de madres chinas esperan durante horas en hospitales de todo el país para examinar si sus bebés han quedado intoxicados por leche adulterada con melamina. En algunos, incluso, han prometido pruebas gratuitas (en China la sanidad es de pago).
También son muchas las familias que han cruzado la frontera hasta Hong Kong para adquirir lácteos de importación que estén libres de sospecha. Todos los productos contaminados tienen el título gubernamental de "marca famosa", lo que las exime de inspecciones, según una ley aprobada en 2000.
