A lo largo de esta semana se desarrollan los simulacros tácticos de la OTAN Typhoon meeting. Se trata de ver cómo se coordinan las flotas del caza de última generación Eurofighter en caso de operación conjunta de varios Estados aliados.
Los pilotos, explica el coronel al mando de la base, León Machés, ejercitan hasta hoy -mañana los ejercicios quedan reducidos a actos de despedida- la invasión simulada del espacio aéreo por una flota enemiga y superior en número (26 a 8). Uno a uno los Eurofighter C-16 o typhoon despegaban ayer de la Base de Morón a plena potencia, muy superior a la de los cazas de generaciones anteriores, como los F-18 y que también participan en el ejercicio, junto con aeronaves portuguesas.
Los Eurofighter se pierden en medio de su estruendo (a los 30 segundos son apenas una mota, a los 60 ya invisibles) en dirección a Albacete, en cuyo cielo se desarrolla esta batalla de pega que servirá para tener bien entrenados a los pilotos por si se tercia algún día la de verdad.
Un grupo selecto, pequeño y preparado dentro del Ejército del Aire, normalmente los números uno o dos de las promociones de la Academia de San Javier (Murcia), son los pilotos de los 20 Eurofighter actualmente en poder de España, que en pocos años tendrá 87 naves. Estos pilotos han superado además un año de especialidad y un curso extra más al mando de un simulador.
Se sienten entusiasmados con las virguerías que, a diferencia de otros aparatos, puede hacer en el aire el Eurofighter, como expone José Luis, un piloto que no da su apellido, sino su patria chica: "Soy de Arrúa Petín, Orense, y si condujera como se pilota un Eurofighter acabaría en el trullo por el carné por puntos". Otro piloto compara este avión de combate con un fórmula 1, y los aviones comerciales con un autobús.
Quizá sean los mejores pilotos de España, pero cobran unos 2.000 euros al mes y destacan que no lo hacen por dinero: "Es el sueño que tenía de niño, y un trabajo muy vocacional", expresa el piloto Rafael Muñoz.
Un trabajo en el que las mujeres están en absoluta minoría y, aunque ya estén al mando de otros aviones, incluso de caza, aún no han probado el joystick con el que se dirige un Eurofighter. A propuesta de España, que estrenó hace cuatro años sus primeros Eurofighter precisamente en la Base de Morón (situada, en realidad, en Arahal), por primera vez 14 aviones españoles y 11 del Reino Unido, Alemania e Italia participan en un ejercicio conjunto para engrasar la coordinación de los socios europeos de la OTAN. "Ya nadie hace la guerra solo", vuelve Muñoz.
Tampoco los aviones los construyen los países por su cuenta: España participa con un 14% de la inversión -ni en la Base de Morón ni en EADS-CASA, la empresa española que forma parte d el proyecto aclararon cuánto cuesta uno de estos aviones- y de hecho el ala derecha es made in Spain y la izquierda made in Italy. Los militares destacan que su construcción supone una contribución a la buena salud de las industrias aeronáuticas civiles.
El ensamblaje de los aparatos, aclara Carlos Montáns, ingeniero de EADS, los hace cada país por su cuenta: aliados juntos, pero no revueltos. En el caso de los aviones españoles, en la base aérea de Getafe.
El resultado final, además de potente y maniobrable, incorpora armamento variado -sobre todo, para derribar otros aviones- y elementos de guerra electrónica para detectar enemigos antes de ser detectado.
