Hace 17 años que vivió en su propia piel la experiencia de emigrar. Abandonó su hogar y a su familia para buscar una vida mejor. Esta es la experiencia personal que expuso ayer en la Cartuja Albert Bitoden Yaka. El actual coordinador de formación de la ONG Sevilla Acoge afirmó que los retornos voluntarios no se vinculan a la economía.
Desde que abandonara su Camerún natal con 23 años, Albert Bitoden recorrió de forma clandestina medio continente africano, estuvo preso en Marruecos por encontrarse en una zona conflictiva y tuvo que saltar la valla de Melilla para vivir en España y ejercer su profesión como economista y su labor social en Sevilla Acoge desde donde, ahora en otra situación, ayuda a los que están viviendo esa misma experiencia.
Bitoden definió su trabajo como "una labor muy gratificante y compleja". Desde la coordinación y el apoyo que lleva a cabo con un grupo de 20 personas más consigue dar apoyo, formación u orientación laboral a muchos inmigrantes que llegan a España en situación involuntariamente irregular.
De esta forma, se refirió a la inmigración como una cuestión que en España se aborda como un problema social. "Detrás de este fenómeno hay personas a las que hay que atender", a lo que añadió que "una persona que emigra vive a su llegada a España una situación de desarraigo psicológico, si muchos de ellos pudieran elegir preferiría encontrarse en su país natal, con su familia", señaló Bitoden.
También opinó sobre los retornos voluntarios que están incrementando últimamente, circunstancia que el trabajador de Sevilla Acoge separó de la crisis económica. Según dijo, este tipo de retorno "es algo personal y no está relacionado con la economía".
El coordinador de formación afirmó que no hay que buscar soluciones a la inmigración porque, según su criterio, es una coyuntura inevitable. Este fenómeno a su juicio, no tiene que solucionarse porque "cada persona debe ser libre para decidir en que lugar del mundo quiere vivir o a donde quiere dirigirse".
El experto destacó el aspecto positivo de la inmigración ya que, según varios estudios, los inmigrantes aportan a la economía española 25.000 millones mientras que el coste que supone para el estado la prestaciones de servicios sociales a los cuatro millones de inmigrantes que hay en España actualmente asciende a 18.000 millones.
Bitoden matizó que aparte de estos datos económicos las personas que emigran a España aportan también todo lo que son culturalmente e ideológicamente, "esto enriquece mucho al país".
El experto, que participó en el curso titulado África: aproximaciones a un continente emergente, afirmó que las autoridades deberían facilitar más a estas personas el permiso de residencia en España ya que, según su propia experiencia, esto fue lo más duro cuando llegó al país sin conocer el idioma, solo y sin poder elegir. "Llegue a España por azar, tenía que elegir entre cruzar a Melilla o atravesar todo el desierto sin medios ninguno para volver a Camerún", confesó Bitoden.
El experto se mostró a favor de la repatriación "siempre que el proceso esté dentro de la ley y se le ofrezca al repatriado toda la información sobre los trámites que se van a llevar a cabo", dijo.
Bitoden hizo un llamamiento a los medios para apoyar esta culturalidad.
