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Sevilla, ciudad del Titanic

El Pabellón de la Navegación acogerá en octubre una macroexposición sobre el legendario transatlántico

el 03 ago 2012 / 19:27 h.

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Un viajero espera en Santa Justa entre los manifestantes.

El que promete ser uno de los acontecimientos culturales del año llegará a Sevilla en octubre en nueve grandes trailers, ocupará a más de 60 personas en su montaje que trabajarán mañana y noche durante 15 días. Se trata de la macroexposición Titanic, The Exhibition, una monumental muestra que albergará el Pabellón de la Navegación. Esta semana, la directora gerente de esta institución, Belén Serrano, y el presidente de Musealia, Jesús Ferreiro, han firmado un convenio de colaboración para hacer posible que el antiguo pabellón de la Expo 92 pueda recibir temporalmente esta laureada muestra.

Es esta la exposición itinerante más visitada de cuantas giran actualmente por el mundo y también es la más ambiciosa de todas las que se han realizado sobre el famoso transatlántico. De esta forma, Sevilla se sumará a la extensa lista de ‘ciudades del Titanic' ofreciendo la posibilidad de vivir en directo un evento que, apoyado en objetos, réplicas, luz, sonido y documentos originales, traslada a los visitantes al año 1912 y los convierte en pasajeros y tripulantes del mítico Titanic.

Titanic The Exhibition, que actualmente se muestra en las Reales Atarazanas del Museo Marítimo de Barcelona, ha recibido ya la visita, en solo tres meses, de más de 100.000 personas, convirtiéndose en el acontecimiento cultural del verano de la ciudad condal. Tras la finalización de su visita a Sevilla, se trasladará a Norrkoping, en Suecia. Durante la estancia de la exposición en Sevilla se organizarán en las instalaciones del Pabellón de la Navegación, a orillas del Guadalquivir, diferentes eventos paralelos a la exposición que estarán directamente relacionados con este año del Centenario del afamado y trágico Titanic.

La muestra recoge desde un trozo de carbón de la sala de calderas, las botas de una niña y el esmoquin de uno de los pocos pasajeros españoles, hasta cartas, postales y un diario que describe el día a día a bordo del Titanic, con la intención de "separar la leyenda y las películas de la realidad", según indica el director de la muestra, Luís Ferreiro. Una de las secciones está dedicada a la tripulación y rinde tributo a personajes como el primer oficial, William Murdoch, a quien "prácticamente el 80% de los pasajeros que se salvaron deben la vida", y que en cambio, la hollywoodiense cinta de James Cameron muestra como un oficial corrupto y como el responsable de matar a dos pasajeros.

Otra zona va destinada a la vida a bordo y exhibe las fotografías y objetos personales de los pasajeros y postales que nunca llegaron a su destino en busca de empatía ya que, antes de chocar con el iceberg, el Titanic era una "historia humana de personas que tenían unos sueños y unas vidas rumbo a los Estados Unidos", destaca el responsable de la exhibición. Con el objetivo de situar al visitante a bordo del buque, se presentan las recreaciones a tamaño real de los camarotes de primera y tercera clase -que muestran las grandes diferencias entre clases sociales-, la gran escalinata y un fragmento de auténtico hielo simulando el iceberg.

Existe otra sala en la que se explica el proceso de las expediciones y el estado actual de los restos del barco y, finalmente, hay un memorial dedicado a los pasajeros que fallecieron en el transatlántico, para que el visitante vea que "detrás de cada persona hay una historia trágica".

"Los restos del Titanic descansan en el lecho marino. En una generación, quizás dos, la erosión y la actividad bacterial se cobrarán su peaje. Los restos ya no existirán más, y el mito y la leyenda reemplazarán a los hechos y a la realidad. Afortunadamente, gracias a los sueños y a la perseverancia de algunas personas en nuestros propios días, tenemos delante de nosotros, ahora y siempre, preservado para futuras generaciones, la belleza, la historia y la integridad de aquel barco", argumenta Ferreiro. En el naufragio sólo sobrevivieron 712 personas y 1.495 perdieron la vida, la mayoría porque "el Titanic no llevaba el número de botes salvavidas suficientes, para que los pasajeros pudieran pasear por las cubiertas sin obstáculos", un drama que ya está inscrutado en la historia de la humanidad.

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