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Las 20 Medallas a la «perseverancia, constancia y dedicación» por Sevilla

El Lope de Vega vuelva a acoger la entrega de las Medallas de la Ciudad, este año para Sergio Ramos, Gordillo, Eva González y ‘El Pali’, entre otros.

el 30 may 2014 / 14:15 h.

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medallas-sevilla-2014 Los premiados este 2014 con la medalla de la ciudad de Sevilla.   El hecho de que la Banda Municipal de Sevilla toque We are the champion en el teatro Lope de Vega sólo puede ser en honor a Sergio Ramos. El hombre más fotografiado, más buscado y más tocado en el acto de entrega de las Medallas de la Ciudad, que ayer volvió al Lope de Vega para conmemorar los cien años del Parque de María Luisa. Ramos fue uno de los veinte galardonados por su «perseverancia, constancia y dedicación», valores que evidencian «la fuente inagotable de creación y de progreso que mora en nuestras calles», resaltó el alcalde, Juan Ignacio Zoido. Y si Queen resucitó para Ramos, el himno del centenario del Betis sonó para Rafael Gordillo y Sevilla tiene un color especial lo hizo para Eva González. La modelo y presentadora –vestida por el diseñador sevillano Antonio García– demostró que los flashes la adoran y que su naturalidad y simpatía enamoran, mientras que Gordillo escuchó frases tan halagadoras como que «se puede ser o no del Betis, pero en Sevilla todos somos de Gordillo». Y es que Gordillo es, según el alcalde, «el campeón de las almas béticas», mientras que Sergio Ramos es «campeón del mundo, de Europa, de todo». Eso pensaba también el niño que desde un palco de proscenio gritaba «Sergio, Sergio» entre medalla y medalla. Otro preferían hacerse una foto a la salida con Emilio Butragueño o Ángel Villar. Pero para «populares», «Sergio Ramos, Gordillo y Eva, a quien mis nietos han venido a ver hoy con más interés que a mí», admitió sonriente Enriqueta Vila, la historiadora que ejerció de portavoz delos galardonados con un discurso realista y bello. Aludió al ambiente misterioso y mágico de la ciudad, a ese «algo intangible e inexplicable» que tiene Sevilla, pero también subrayó que Sevilla es lo que es «para bien y para mal». «Está en las estadísticas a la cabeza del paro, la pobreza y el fracaso escolar», denunció para decirle directamente «al alcalde y los concejales» que todos los galardonados están «dispuestos a hacer lo que sea» para cambiarlo. «Debemos reflexionar para ver qué podemos hacer cada uno para llevar a la ciudad a la categoría que se merece», sentenció. La primera mujer en entrar y dirigir la Real Academia de Buenas Letras –por unanimidad de todos los académicos–, americanista reconocida mundialmente, sostuvo que Sevilla es un «sentimiento, no sólo un lugar de nacimiento». Y para sentimiento, el que le puso la familia de Francisco de Asís Palacios, El Pali. El acto llegó a su momento más emotivo con la entrega de las medallas a título póstumo al periodista Ricardo Acosta y al Trovador de Sevilla. Dolores Borrero, viuda de Acosta, recogió la medalla a una de las voces más hermosas y con más personalidad de la radio sevillana, mientras que José Antonio Palacios, hijo del sobrino nieto de El Pali, recogió la suya. Su familia lleva 25 años reinvindicando que la ciudad estaba en deuda con el autor de más de 400 sevillanas dedicadas a Sevilla, que estaba en deuda con quien revolucionó ese género, recuperando las corraleras e inventando las cofradieras. Así que las lágrimas y los besos al cielo de José Antonio emocionaron a una familia, al teatro y a las 15.000 personas que dieron su firma para que El Pali tuviera este reconocimiento. Sonaba la sevillana Mi novio es alfarero. Cantores de Híspalis, en el público, fueron testigos. Pero no fue la única sevillana que se escuchó. Pasa la reina sonaba cuando Angela Goyburo, la calentera del Postigo, recogía su medalla entre un fuerte aplauso por sus muchos años de trabajo. Para el matrimonio de Aurora Vargas y José Cortés Jiménez, Pansequito, la Banda eligió la bulería Nacimiento. La fuerza, la bravura y el temperamento de ella, con la solera y el quejío de raza de él. Con arte agradecieron al público sus medallas, al igual que lo hizo el director de la Banda de Música del Maestro Tejera, José María Tristán, al son de Plaza de la Maestranza. La banda fue encargada de amenizar las corridas de la plaza de la Monumental en 1918 y en 1942 fue nombrada titular de la Real Maestranza. Tampoco fueron pocos los elogios para el orfebre trianero Juan Borrero Campos y para sus obras, como la corona de la Esperanza de Triana, la Estrella y la Virgen de la O. Esperanza de Triana Coronada sonaba entonces en el Lope de Vega. Por sus «reconocidos servicios en beneficio de la colectividad», se reconoció a los doctores Ana María Alvarez Silván –leonesa para quien su vida ha sido la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío que ella impulsó en los años setenta– y Jesús Loscertales Abril, con una amplia trayectoria en la que destaca la creación de técnicas relacionadas con el tratamiento del cáncer. O del corazón porque «todo el que ha pasado por sus manos sabe que su cirugía es más cercana al corazón que al tórax», dijo el alcalde. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, recogió la Medalla para la Real Fundación Patronato de la Vivienda de Sevilla por su histórica labor en la ciudad, mientras que José María Rueda hizo lo mismo con la del Colegio de Enfermería de Sevilla, que cumple 150 años. También se premió la dedicación por mejorar las condiciones de vida de familias desfavorecidas y, sobre todo, de los menores de la presidenta de la Fundación Persán, Concepción Yoldi, y los cuatro mandatos del decano del Colegio de Abogados de Sevilla, José Joaquín Gallardo, quien por la mañana fue a ver la Macarena y alguien le dijo: «Ésta sí que es buena abogada». Los exitosos empresarios Antonio Hernández Calleja, presidente de Ebro Foods; José María Pacheco Guardiola, presidente de Konecta; y Pilar Burgos, que vende sus zapatos por todo el mundo, fueron también galardonados. El primero, entre otras cosas, por inventar los vasitos de arroz que revolucionaron el mercado, el segundo por facturar 420 millones, estar presente en diez países y tener más de 20.000 empleados, y a la empresaria sevillana por su esfuerzo y proyección. Los tres son ejemplo de lo que Sevilla puede y debe ser.  

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