C. R.
Sevilla se ha tirado de cabeza a la Era de Acuario: no sólo se está potenciando todo lo que huele a ecológico, sino que encima se va a crear un gran jardín botánico y hasta una reserva natural con animales y plantas. Y todo eso, entre San Jerónimo y Triana. Las obras empiezan la semana que viene.
Tanto trabajo va a dar la naturaleza en Sevilla que hasta se ha creado una organización específica para gestionar toda esa tarea. Se llama Naturalia XXI y tiene detrás al Ayuntamiento, que ha orquestado el consenso de todas las demás instancias: la Junta, la Universidad, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Cartuja 93... todos se han puesto de acuerdo en una idea básica: convertir la Cartuja en el cuartel general del medio ambiente sevillano y, desde ahí, recuperar todos los espacios verdes hoy devaluados, unirlos con carriles bici y senderos, crear otros nuevos y educar en el respeto al medio ambiente.
Ese cuartel general ocupará el Pabellón de la Naturaleza de la Expo 92 a partir de este mes y se llamará Centro de Divulgación de la Ciencia y de la Naturaleza de Andalucía. Según la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Teresa Florido, este centro será el primero de Andalucía dedicado a la educación ambiental en las ciudades. "Vamos a recuperar espacios, a difundir valores, a educar en la sostenibilidad y a volcarnos en la concienciación", dice Florido.
Brindis aparte, una de las grandes novedades de este entramado será la creación de una reserva natural para los animales y los vegetales propios de esta tierra. Su ubicación será la isla de Tercia (al norte de la isla de la Cartuja).
Es curioso porque, para ser una reserva, no van a llevar allí ninguna criatura: las que buenamente se instalen lo tendrán que hacer por sus propios medios, guiadas por su instinto e incentivadas por la idea de encontrar fácil anidamiento y cierta tranquilidad para vivir, procrear y extenderse por los alrededores, que es lo que se pretende que ocurra.
También se les pondrán lagunas intercomunicadas, para las que se usará agua de la depuradora de San Jerónimo, cerramientos de protección, taludes para madrigueras... y todo eso, rodeado de carriles bici y senderos rurales para que la gente acuda a disfrutarlo el día en que se termine de hacer, que no se sabe cuándo será.
Esos mismos carriles y paseos hilvanarán todos los espacios verdes entre San Jerónimo y el Paseo de la O, creando un gran circuito forestal que acabará en el Jardín Americano, cuyas obras de rehabilitación y rediseño comenzarán esta semana.
