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Sevilla vuelve la vista a 1929

Un dvd repasa, 80 años después la Exposición Iberoamericana.

el 11 jul 2010 / 16:18 h.

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Entre múltiples expectativas y con la copia de la carabela Santa María anclada en el muelle de las Delicias, en la Plaza de España se inauguraba oficialmente la Exposición Iberoamericana de 1929. Bajo la presidencia de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, acompañados en todo momento de Primo de Rivera, se ponía en marcha una iniciativa que algunos historiadores calificaron como "ambiciosa y de interés nacional", aspectos que luego influirían negativamente en la marcha de este certamen y, en consecuencia, en la economía y política de la capital andaluza.

La Expo de 1929 ha sido uno de los hechos más importantes de principios del siglo XX para Sevilla. Sirvió como puerta para abrirse a nuevas corrientes externas y animar al Estado a una modernización que era necesaria de cara al futuro. En la actualidad, la Consejería de Cultura y la Filmoteca Nacional han lanzado un dvd con cuatro documentales que contienen imágenes inéditas de la época. Sevilla recupera en estos cuatro documentales la fisonomía que tenía durante la Exposición de 1929.

Lo más destacable de aquella manifestación se encuentra en el urbanismo. Sevilla en aquellos momentos estaba atrasada en comparación con el resto de ciudades y países que participarían en la exposición. Los problemas más evidentes eran los relativos al ensanche de la ciudad, el alcantarillado, la pavimentación, agua, luz, viviendas y hoteles.

El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado contando con el apoyo del rey Alfonso XIII. La mayor parte de los testimonios coinciden en que el Rey veía la posibilidad de un Gobierno militar. Deseaba un Gobierno autoritario y se identificaba con la mentalidad de los mandos militares. El pronunciamiento militar triunfó sin oposición. Fue un contexto lleno de censura y limitaciones para la prensa.

Con este transfondo, la Exposición Iberoamericana se organizó en diferentes secciones; arte antiguo, arte moderno, historia sobre la industria, comercio, agricultura y ganadería. La Expo del 29 significó el resurgir de Sevilla, una ciudad anclada en el pasado que se valía de las cosechas del campo. Desde el sector norte, Prado De San Sebastián, Jardines de San Telmo y Parque de María Luisa, hasta el sur, con Heliópolis, se alzaron pabellones oficiales, regionales, andaluces, extranjeros y edificios o monumentos que han pasado a ser Patrimonio Histórico como la Plaza de España, y la de los Conquistadores, hoy el campus universitario de Reina Mercedes. En total casi 130 puntos de referencia formaban un circuito recorrido por el ferrocarril conocido como el tren Liliput.

Entre los referentes que dejó la Expo se encuentran el Pabellón de México, el de Brasil y el Pabellón de Sevilla, actual Lope de Vega y Casino de la Exposición, así como la triada que componen en la Plaza de América del Parque de María Luisa los pabellones Mudéjar, como el Museo de Artes y Costumbres Populares, el Museo Arqueológico y el Real.

Pese a sus magníficas instalaciones, la Expo no animó a la audiencia. Algo que la prensa denunció aludiendo a un cierto "divorcio" entre la ciudad y el certamen y solicitando una rebaja del precio de las entradas. Entre 2 pesetas y 50 céntimos oscilaba el coste de éstas. Sin embargo, Sevilla se convirtió en marco para congresos y asambleas.

El tiempo ha sido el encargado de descubrir, a través de imágenes inéditas, que la Expo de 1929 contaba con puntos débiles: los "millones" de visitantes no llegaron nunca y las "clases altas" españolas no estaban dispuestas a soportar el caluroso verano sevillano y prescindir de sus tradicionales vacaciones.

La Exposición ha dejado una herencia arquitectónica vigente, pero existen otros aspectos que ahora ven la luz gracias al trabajo de recuperación que han hecho la Consejería de Cultura y la Filmoteca Nacional en el dvd que se publicará con motivo del 80 aniversario de la muestra.

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