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Sexo precoz e inseguro

Una de cada 5 menores de 15 años tomó la píldora postcoital

el 16 mar 2010 / 20:45 h.

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Los jóvenes empiezan a tener relaciones a los 13 años.

Los actuales formatos de series televisivas y el impacto que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han generado en los jóvenes están afectando considerablemente a los hábitos y a las relaciones de éstos. El cibersexo, el consumo de videojuegos violentos y el inicio en las relaciones sexuales a edades muy tempranas dan muestra del efecto que el mundo virtual está experimentando en los adolescente de nuestros días.

Según un estudio llevado a cabo por el grupo Universitario de Investigación Social (GUIS) del Centro Universitario de Estudios Sociales de Jerez, una de cada cinco jóvenes andaluzas, menores de 15 años, han usado alguna vez la píldora postcoital.
De este estudio, realizado a 2.225 alumnos de Secundaria de las ocho provincias andaluzas entre abril y junio de 2008, se desprende también que uno de cada seis adolescentes mantuvo relaciones sexuales con penetración sin usar ningún tipo de anticonceptivo para ello, lo que aumenta considerablemente el riesgo de embarazos no deseados y, por tanto, el uso de la píldora del día después. La edad media de inicio en el sexo baja a los 13 años.

Para José Rodríguez Carrión, director del grupo de investigación, las principales causas que favorecen estos datos tienen que ver, por un lado, con "los programas y series de televisión donde los chavales ven como normales prácticas que no lo son en realidad" y, por otro, el efecto que provoca en muchos jóvenes el conocido como "mecanismo de la prueba", basado en la pregunta de "¿tú todavía no has probado esto?" Y con la que los adolescentes suelen retarse entre ellos.

Los cuestionarios anónimos, con más de 100 preguntas, a los que tuvieron que responder los estudiantes, desvelaron también que existen notables diferencias entre los jóvenes denominados "precoces"-que mantuvieron relaciones sexuales con penetración antes de los 14 años- y los "tardíos", que son aquellos que tuvieron su primera relación completa a partir de los 15 años.

Entre ellas, Rodríguez Carrión señaló las relacionadas con otros comportamientos como las conductas agresivas, los actos de vandalismo y el consumo de alcohol o drogas. Así, se demuestra que los menores precoces en sus relaciones sexuales son también los más agresivos (36,2 % frente al 23,6 % de los tardíos), los que más de acuerdo están con que la violencia es a veces la única forma de resolver conflictos (16,9 % frente a un 7,5%) y los que más fuman (51% frente a 42%) y consumen drogas (24% frente a un 18%).

Con todos estos datos, las conclusiones del estudio revelan que existen factores protectores que evitan estas prácticas, y factores de riesgo que ayudan a su desarrollo. Entre los primeros, son clave las relaciones de los adolescentes con sus progenitores, los valores que éstos les aportan y el nivel formativo de los mismos, junto a la comprensión de las ideas que el profesorado les transmite. Entre los segundos, la falta de atención, la menor capacidad de escucha así como las vivencias no recomendables en el hogar son considerados elementos de riesgo a la hora de desarrollar conductas violentas.

Ante la proliferación de comportamientos violentos a edades tempranas y la relación de éstos con el consumo de drogas y las prácticas sexuales, los autores del libro, José Rodríguez Carrión y Clara Isabel Traverso, proponen un "trípode inexcusable" en el que la comunidad educativa en su conjunto-familia, profesorado, medios de comunicación y sociedad en general-, se preocupe por la formación en valores y, finalmente, se trabaje con las pandillas y los líderes de las mismas, pues constituyen un referente para todos los jóvenes. "Si nos ganamos al líder, tenemos la mitad del camino avanzado", dijo Rodríguez Carrión.

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