(VÍDEO: LYDIA CAPITÁN)
"Aquí no cobra nadie. Ni el alcalde ni sus concejales. Y si sigue la quiebra municipal, en septiembre no habrá feria". Con estas palabras definió el regidor de Palomares del Río, Juan Bautista Ginés, la dramática situación económica que viven las arcas de la localidad. No hay dinero, no hay ingresos, se debe a los trabajadores la última nómina de mayo y, si la solución no viene dada de la ayuda externa de las administraciones, entonces habrá que adoptar una política de servicios mínimos y recortar de todo lo prescindible, entre ello la feria, que este año será difícil que se celebre si de aquí a septiembre no mejora la cosa.
La cosa pinta más que mal en el consistorio de Palomares y, desde diciembre, la situación ha llegado a su tope, hasta el punto de tener que pedir por adelantado los impuesto del Estado para pagar nóminas, según ha reconocido el alcalde del pueblo. Llegados a este punto, "habrá que tomar medidas de tasas, nuevas ordenanzas e incluso, si hace falta, abrir un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en la cuantía que corresponda". Pese a todo, Ginés reconoció que "los trabajadores no tienen culpa de lo que pasa" y que, por ello, "se está haciendo todo lo posible para tirar hacia delante, que haya feria y que se mantengan ciertos servicios como la piscina pública o la escuela de verano", añadió el alcalde de un municipio en "situación límite". Y es que, según explica Ginés, el Ayuntamiento está en quiebra y necesitaría un mínimo de 5 o 6 millones de euros para salir a flote y "mantenerse en toda regla prestando servicios de calidad".
Protesta. Los que ya viven de manera directa los efectos de la bancarrota, los empleados del consistorio, se han concentrado a las puertas del Ayuntamiento para reclamar el pago de su última nómina. Al grito de "!Queremos cobrar!" y "!Alcalde dimisión!", los trabajadores han criticado la falta de recursos y medidas alternativas para salir de esta situación. El representante sindical de CSI-F, Juan Carlos Campano, ha reclamado el "pago inmediato de los salarios de los trabajadores" y ha afirmado que quieren "participar activamente en todas las medidas que se emprendan desde el gobierno municipal".
Pese a que la situación es insostenible y habrá que recortar los servicios a lo mínimo -esto es, servicios sociales, Policía Local, limpieza y gestión del consistorio-, el alcalde aclaró que "el objetivo fundamental es pagar a los trabajadores y evitar que haya despidos, que es para lo que se ha propuesto el ERTE". El expediente de regulación temporal de empleo, al que los trabajadores se enfrentarán en los dos próximos años si la Delegación Provincial de Empleo aprueba la propuesta local, hará que, según lo dicho hasta ahora, 30 o 40 trabajadores desfilen de manera forzosa por el paro durante un tiempo.
Ayuda externa. Hasta la fecha, las inyecciones económicas de la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla han dado un respiro al municipio y han permitido pagar las nóminas de los empleados, pero "el panorama cada vez se nubla más ante la falta de liquidez y de ingresos", destacó. Pese a que la crisis es generalizada y la mayoría de los bolsillos se resienten, Ginés aclaró que "la situación de Palomares es extrema y que este Ayuntamiento está en peores circunstancias que el resto". "Si la vida en el resto de los consistorios es difícil, aquí estamos con la soga al cuello", reconoció. Ginés subrayó que "desde aquí ya no se puede hacer nada y sólo nos queda notoficar nuestra situación para que las administraciones sean conscientes de hasta dónde llega la cosa y, en la medida de lo posible, nos ayuden a salir del agujero", concluyó.
