En la hermandad de Pino Montano lo tienen claro. Nada de ir a otro barrio ni hacer estación a un templo que no sea la Catedral. Ante los rumores surgidos hace unos días sobre la posible visita de los pasos de Jesús de Nazaret y la Virgen del Amor (titulares de esta cofradía de Viernes de Dolores) a la Basílica de la Macarena, su hermano mayor, Ramón Borreguero, se muestra así de tajante: "Si salimos del barrio es para ir a la Catedral". "Nada de visitar otro barrio ni otro templo".
Borreguero asegura categóricamente que "no hay intención" de ir a la Macarena "ni este Viernes de Dolores ni el próximo", si bien reconoce que su antecesor, Antonio Jiménez Ríos, llegó a hacer un comentario al respecto a su homólogo en la Macarena, por entonces Juan Ruiz Cárdenas, pero que aquello se quedó en eso, "un simple comentario", destaca el que el próximo Viernes de Dolores se estrenará con la vara dorada.
Sobre su inclusión en la nómina de la Semana Santa, los hermanos de Pino Montano son realistas y, de momento, prefieren seguir consolidándose, de la mano de la parroquia de San Isidro Labrador, en el barrio que le vio nacer: "Es un tema que aún no se ha hablado. Es prematuro plantearlo", explica Borreguero, que, en su primer año al frente de la hermandad, tiene claro cuáles han de ser las prioridades de la cofradía: "Hacernos un poco más fuerte en el barrio", resalta.
Pero no es la única condición previa para plantarse en la Catedral. El exiguo y jovial cuerpo de nazarenos que tiene actualmente la cofradía juega muy en su contra: "Tenemos que seguir creciendo, a la vez que lo van haciendo los numerosos niños que salen de nazarenos. No podemos arriesgarnos a volver solos de la Catedral".
A este mayor (numeroso y adulto) cuerpo de nazarenos, habría que sumar la distancia que les separa de la seo hispalense: "Son 14 horas en la calle. Tendríamos que recorrer 500 metros más que el Cerro del Águila". Una decisión que "hay que sopesar mucho", como bien insiste el máximo representante de la cofradía de vísperas.
Los hermanos de Pino Montano son conscientes además de que no son buenos tiempos para estirar la nómina: "¿Ahora mismo? Está muy complicado. Los días están muy apretados", subraya Borreguero, que dice que el futuro de la hermandad pasa por ir a la Catedral. ¿Cuándo? No lo sabe. Ahora mismo, no.
