Pablo y Noemi llevaban tiempo viviendo juntos pero hace tres años decidieron formalizar su unión registrándose como pareja de hecho. Fue fácil. "Nos informamos en la Junta. Te dan un formulario en la Delegación de Igualdad, lo rellenas y lo llevas", cuenta Pablo, de 32 años.
El motivo principal que les impulsó a registrarse fue la decisión de comprarse un piso entre los dos. Por "cuestiones más bien de índole ideológica" no se plantearon casarse pero registrarse como pareja de hecho sí les facilitaba los trámites para la adquisición conjunta de la vivienda. "Si no, lo tenía que comprar uno y el otro no tenía ningún derecho sobre la casa", explica Pablo.
Ser pareja de hecho también da más derechos en cuestión de herencias -aunque en el impuesto de sucesiones y donaciones, se les considera extraños y no se les aplican las deducciones previstas para familiares-, sin embargo "para la pensión de viudedad sí hay diferencias". Pablo también destaca que, en caso de enfermedad, su pareja tiene la capacidad de decisión sobre el tratamiento que le pueden poner, una intervención quirúrgica o la no prolongación de su vida por medios artificiales. Si no se hubieran registrado como pareja de hecho, aunque vivieran juntos desde hace años, sus padres podrían imponer su voluntad.
Con todo, Pablo reconoce que aún siguen existiendo diferencias entre un matrimonio convencional y una pareja de hecho, si bien "Andalucía tiene peculiaridades con respecto a otras comunidades". Sobre todo, el matrimonio de siempre agiliza y facilita muchos trámites. Pablo y Noemi no tienen hijos pero saben que "mucha gente es cuando deciden casarse". "Supongo que entonces también nos lo replantearemos, o quizás lo hagamos antes", aclara.
