Local

Si tu hijo te pega, no es tu culpa

Un estudio señala a rasgos de la personalidad para explicar el maltrato filial.

el 13 feb 2010 / 19:41 h.

TAGS:

La tiranía del hijo. Las madres suelen ser las más perjudicadas en los casos de maltrato filial.

Hay muchas clases de maltrato. La violencia doméstica, triste protagonista de la crónica negra casi diaria, copa la atención y esconde otra clase de abuso en el que los papeles clásicos de la violencia se invierten: el maltratador es ahora el débil, el que se supone en un nivel inferior de la jerarquía familiar. Los hijos se transforman en pequeños monstruos que hacen insoportable la convivencia. Pero, ¿cuáles son los motivos de su ferocidad?

¿Educación, personalidad, factores externos de socialización? Un estudio sobre violencia filio parental con jóvenes sevillanos arroja datos reveladores. Si su hijo le pega, no es culpa suya. O no del todo. Factores de personalidad marcan la línea entre niños simplemente rebeldes y el dictador que un día levanta la voz, al siguiente la mano y al otro la deja caer sobre el rostro de su madre.

Alejandra Castañeda, psicóloga con una larga trayectoria en el análisis de la violencia a la mujer y en terapia familiar, acaba de presentar su estudio Menores con conducta de maltrato hacia los progenitores: un estudio de personalidad y estilos de socialización en la Universidad de Sevilla. Según las conclusiones, los jóvenes que han presentado conductas de maltrato a sus progenitores son desconsiderados, egocéntricos, prepotentes, tienen dificultades en su relación con los demás -porque no muestran empatía-, presentan niveles bajos de autoestima y una mayor tendencia a la depresión.

Para llegar a conclusiones científicas, Castañeda aplicó varias escalas e inventarios psicológicos a una muestra de adolescentes de ambos sexos (nueve varones y cinco mujeres), con edades comprendidas entre los 14 y 18 años e internados en centros de reforma en régimen semiabierto. Para determinar las características diferenciales se aplicaron las mismas pruebas a una muestra con las mismas características pero esta vez formada por estudiantes de un instituto de Secundaria de Sevilla que no presentaban conductas violentas hacia sus progenitores. Los primeros resultan ser más rebeldes, oposicionistas, impulsivos, con tendencia al consumo de drogas, insumisos e inconformistas. No soportan un no como respuesta.

En cuanto al modelo de educación, en ambos grupos se da un mismo tipo de socialización familiar, con un estilo autorizativo e indulgente (esto es, con bajos niveles de imposición de normas y castigos porque confían en la madurez de los hijos). Porque aunque no es del todo la culpa de los padres, la educación es esencial.

Además, el estudio de Castañeda ha arrojado otras conclusiones, como que los varones tienen más posibilidades de ser agresores -aunque las niñas están tomando posiciones para alcanzar a los niños "y a ellas se las denuncia antes"-, que la víctima más frecuente es la madre y que en padres de más edad es más usual que en los jóvenes. Otra respuesta que echa abajo otra de las creencias de la opinión pública es que se da más en los estratos sociales bajos, cuando en la muestra se observó que eran de clase media. El grupo de iguales, el abuso de drogas, si hay o no antecedentes de violencia en la familia, el fracaso escolar... Al final son muchos los factores que intervienen.

Hecha la radiografía del agresor, la psicóloga plantea soluciones: "Lo primero que aconsejo cuando llega una familia a mi consulta es que denuncie si la autoridad de los padres ya está socavada". Una vez que se inicia la terapia, "la intervención debe ser a nivel familiar antes de tratar sólo con el niño. Lo que tienen que asumir los padres es que tienen que tomar medidas límite, imponer castigos y saber que el más efectivo es quitar un refuerzo, cosas que les gustan".

Castañeda afirma que en el futuro esta forma de violencia llegará a ocupar tantos titulares como los que se dedican ahora a la mujer. "Hay que perder el miedo a denunciar a un hijo, así empezaron las mujeres, con vergüenza, y ya van saliendo".

  • 1