El Sevilla vive instalado en un continuo sube y baja. Brilla en Champions, pero sigue sumando derrotas en Liga, hasta el punto de que ahora su objetivo es alejarse de la zona de descenso. Esta semana, Manolo Jiménez tiene ante sí dos pruebas de fuego. Si no las supera, su futuro pendería de un hilo.
Tres derrotas consecutivas en Liga han situado al conjunto nervionense en una posición delicada, y también a su técnico, por mucho respaldo que haya recibido del club. En cuestión de siete días, ambos se juegan mucho. Todo lo que no sea lograr una buena suma de puntos ante Osasuna (pasado mañana) y Murcia (el domingo) supondría la confirmación de que el Sevilla ha pasado de luchar por el título a pelear por no descender. Pese a que su trabajo en el filial es encomiable, Jiménez necesita demostrar con resultados que es capaz de llevar esta nave diseñada para luchar por todo. En Almería, el equipo dio la sensación de haber perdido esa identidad que le ha dado tantos éxitos en los dos últimos años, y eso quizá sea lo peor de todo.
Hay que irse a la temporada 2003/04 para encontrar una racha similar a la actual de tres partidos consecutivos de Liga perdiendo. Con Juande Ramos, en la 2005/06, el Sevilla llegó a estar cinco jornadas seguidas sin conocer la victoria (desde la 2a a la 6a). La pasada campaña, sólo perdió dos veces consecutivas en una ocasión (jornadas 17a y 18a).
El Sevilla sumó 28 puntos en los primeros trece partidos del pasado ejercicio, mientras que en el actual sólo lleva 15. La diferencia -casi el doble- habla por sí sola del rendimiento de un equipo que, además, teóricamente se ha reforzado. En cualquier caso, los fichajes merecen un análisis aparte, pues, exceptuando a Keita, no están aportando lo que se esperaba por parte de la entidad.
3ocho derrotas. Sólo en dos temporadas (1935/36 y 1958/59) el Sevilla ha presentado un número superior de derrotas con trece choques disputados. Y los datos no son para tomarlos a la ligera: en la 1999/2000, la del último descenso, había perdido menos a estas alturas. Eso sí, también había ganado menos (una victoria, siete empates y cinco derrotas con Marcos Alonso).
La sensación generalizada en el sevillismo en estos momentos es que muchas de las decisiones o ideas de Jiménez no han sido acertadas. Podría hablarse de sus alineaciones, de sus cambios, del juego... pero también de la escasa respuesta que están teniendo por parte de determinados futbolistas cuyo nivel deja mucho que desear. El técnico de Arahal lleva cinco victorias (dos en Liga y tres de Champions), un empate (Denia) y cuatro derrotas (todas en Liga) hasta la fecha, pero ni eso es ya suficiente ni todos los jugadores le están ayudando.
