Siete esculturas colosales llegarán este jueves a Sevilla para tomar la avenida de Isabel la Católica, en el Parque de María Luisa, dentro de los actos diseñados por el Ayuntamiento para celebrar el centenario de este espacio verde de la ciudad. Estas obras de gran formato, firmadas por el asturiano Juan Méjica, se instalarán en la capital hispalense hasta el próximo 27 de junio.
La exposición al aire libre es un proyecto de la Fundación Méjica, que lleva desde enero de 2010 recorriendo todo el país y que antes de instalarse en Sevilla ha pasado por 22 ciudades de España. Se trata de piezas elaboradas en 2009, de hasta cuatro metros de altura y un peso que oscila entre las dos y cinco toneladas, hechas en una aleación de acero y bronce, que reinterpretan símbolos como el tejo, el árbol sagrado de los celtas, el toro de España o la mujer solar. «Son iconos muy españoles y representativos del trabajo del escultor, que están pensados para que el público las toque, las sienta y pueda incluso subirse a ellas», comentó a este periódico un portavoz de la fundación.
Las esculturas llegarán a Sevilla mañana a las 7.00 horas para su colocación en la avenida Isabel la Católica, lo que llevará unas horas, con la intención de inaugurar la muestra al mediodía. El autor coordinará los trabajos y, aunque en un principio estaba prevista la presencia de una representación del Gobierno local en este acto, finalmente no participará ningún miembro de la corporación al no estar permitidas las inauguraciones durante los periodos electorales. No obstante, el Consistorio prestará su infraestructura e incluso ha cedido el Casino de la Exposición para la apertura en caso de que llueva finalmente.
Juan Méjica es un artista que se califica a sí mismo como «un heredero de Goya y Picasso» y un artista «esencialmente español y radicalmente moderno».
Respecto a sus esculturas, en una de las últimas exposiciones explicó que están relacionadas con su «compromiso cívico» y con su convencimiento de que «el arte debe estar próximo a los ciudadanos», y por ello subrayó que «se permite tocar las esculturas, pero no garabatearlas u otros actos vandálicos».
A su juicio, en su obra están «unidas tradición y vanguardia» y son herederas de «los maestros subterráneos de Altamira».
El objetivo de esta muestra es exhibir la cultura asturiana del autor y difundirla, por lo que el coste de esta exposición ha sido de cero euros para el Ayuntamiento, según informaron a este periódico fuentes municipales.
