Momento de la manifestación. / Carlos Hernández Más gente de compras por la Avenida de la Constitución que en las dos manifestaciones que coincidieron este viernes en la Plaza Nueva. A un lado, los defensores de la monarquía constitucional.Al otro, los que reclaman una República. Y, en medio, un fuerte dispositivo policial separándolos. Pero fue mucho ruido y más insultos y pocas nueces. Poco más de un millar de personas llegaron a sumar ambas concentraciones, en un choque que duró 30 minutos y que se asemejó más al pulso entre aficiones antes de un partido de fútbol. Ondeo de banderas cada uno la suya y proclamas al aire. «Yo soy español», «España, unida, jamás será vencida» o «Sí, sí, sí, el Rey ya está aquí», se escuchaban en un lado. «Yo soy tricolor», «España, mañana, será republicana», se oía por el otro. Hubo otros más, pero difíciles de reproducir y que, afortunadamente, no desataron más incidentes que meras provocaciones. Bueno sí, uno. Una pareja de novios, que contrajo matrimonio en el Ayuntamiento, se vio obligada a salir por la puerta de atrás de la casa consistorial. Obviamente, por motivos de seguridad. Momento de la manifestación. / Carlos Hernández