Mientras la represión del Gobierno sirio sigue masacrando a la población civil , el presidente, Bashar al Assad, promulgó ayer el decreto que permite la creación de partidos políticos, aparte del movimiento gubernamental, el Baaz, y otro decreto sobre la Ley Electoral General, según informó la agencia de noticias oficial del país, SANA.
El Gobierno aprobó el 24 de julio la ley que permitirá el multipartidismo, en función de la cual las nuevas formaciones deberán respetar y defender "la democracia, los Derechos Humanos y la unidad de la patria", no podrán encubrir o alentar ninguna forma de violencia, no se les permitirá pertenecer a organizaciones internacionales y no podrán identificarse con ningún principio religioso, tribal o étnico, según la agencia SANA.
La ley, aprobada en una reunión del gabinete presidida por el primer ministro, forma parte de "las directrices del programa de reformas políticas y de los esfuerzos por enriquecer y revitalizar la vida política, compartir la responsabilidad y crear la alternativa en el control del poder".
Tras conocer el contenido del texto legislativo, la oposición lo criticó por considerar que se trata de poco más que un truco publicitario. Hasan Chalabi, miembro del Congreso Nacional de Salvamento Sirio, denunció que el Gobierno de Al Assad se limita a rebajar la presión internacional. "El régimen está sencillamente constitucionalizando la dictadura a través de esta nueva ley que carece de los elementos básicos para que los partidos se formen de manera libre", aseguró.
A su entender, la iniciativa "no satisface las aspiraciones de la oposición y el pueblo de Siria". Otros dicen que los requisitos que se piden a los futuros partidos son casi imposibles de cumplir.
Cada formación debe tener al menos 2.000 miembros que representen no menos de siete provincias antes de estar activas, explicó el presidente del Centro Sirio para los Estudios y la Investigación Legal, Anwar al Bouni. Además, un partido no será legal mientras no obtenga el visto bueno de un comité formado por el ministro del Interior, un juez y otras tres personas designadas por el presidente. Al Bouni afirmó que el Gobierno intenta engañar, porque en realidad no está realizando reformas.
También fue muy crítico el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Juppé, quien afirmó ayer que el decreto que permite el multipartidismo en Siria es "casi una provocación" teniendo en cuenta que mientras tanto las fuerzas del régimen siguen atacando a la población civil. "Lo que esperamos es el fin de la violencia contra la población civil, que no hace otra cosa que defender sus derechos", añadió.
Juppé señaló también que el hecho de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara el miércoles una declaración que "condena las violaciones generalizadas de los Derechos Humanos y el uso de la fuerza contra civiles por parte de las autoridades sirias" es algo "importante". Esa declaración "condena sin ambigüedad la violencia contra los civiles y hace una advertencia a las autoridades sirias", añadió.
Y es que la represión del régimen de Al Assad contra la población no cesa. Al menos 45 personas han muerto entre el miércoles y la madrugada de ayer tras el asalto de tanques de las fuerzas sirias en el centro de Hama, según informó un activista citado por Reuters.
Hasta 40 de los fallecidos se habrían producido en el distrito de Al Hader -al norte del río Orodes- mientras que los cinco restantes habrían muerto mientras intentaban salir de la ciudad por la carretera Al Dhahirya y entre ellos habría dos niños. El informante, quien habría logrado escapar de la ciudad sitiada, precisó que las fuerzas sirias se emplearon a fondo con ametralladoras y tanques.
Las autoridades sirias no permiten la entrada de la amplia mayoría de medios independientes, con lo que resulta complicado complicar los balances oficiales y los facilitados por testigos.
Activistas pro Derechos Humanos van más allá al asegurar que desde el inicio de la ofensiva, el pasado domingo, han muerto más de 90 personas en la ciudad, situada en el oeste de Siria y poblada por cerca de 700.000 personas.
Por su parte, opositores sirios denunciaron que las fuerzas leales de Al Assad han usado "gases prohibidos internacionalmente y bombas de clavos".
