El Al Jazeera, seguramente sin saberlo, cerró el viernes una de las operaciones más importantes de la historia... del Betis. El fichaje en 10,5 millones de euros, es el quinto más jugoso que nunca jamás firmó el club verdiblanco. El récord sigue en poder de Joaquín.
El fútbol es un deporte tan extraño que un club como el Manchester City, en poder de un ex primer ministro de Tailandia, pasa en cuestión de hotas a manos de un grupo inversor dirigido por miembros de la familia real de Dubai que de buenas a primeras se meten la mano en el bolsillo y sacan 42 millones para fichar a Robinho.
Y es tan raro que otro club gestionado por los mismos árabes dedica más de 10 millones de euros para comprar a otro brasileño que dos años antes costó dos millones menos y que en la Liga española sólo anotó ocho goles en un par de campañas.
Por suerte para el Betis, ese jugador era Sobis y le pertenecía, así que el negocio le sale redondo, tanto que se ha convertido en uno de los mejores de sus 101 años de vida.
El conjunto de Heliópolis, a grandes rasgos, cobrará 10,5 millones de euros al contado y se ahorrará la costosa ficha de Sobis. Son cifras increíbles y sólo cuatro traspasos antes que este resultaron más beneficiosos para el Betis: el de Joaquín al Valencia, el de Oliveira al Milan, el de Alfonso al Barcelona y el de Roberto Ríos al Athletic.
Joaquín es el número uno indiscutible. Su coste fue mínimo, porque se formó en la cantera, y en el verano de 2006 dejó 25 millones en las arcas béticas. Para el Valencia, de hecho, fue una de las compras más importantes de su historia. Ese mismo verano, el Betis consiguió colocar a Ricardo Oliveira en el Milan a cambio de unos 15 millones de euros más el traspaso de Vogel.
En 2000, cuando las operaciones multimillonarias ya eran habituales en el fútbol, Lopera exprimió al máximo a Alfonso Pérez Muñoz: con el equipo en Segunda, la plantilla amotinada y el delantero reacio a jugar en esa categoría, apareció el Barça y desembolsó unos 15 millones.
Tres años antes el Athletic pagó 2.000 millones de pesetas por un defensa, Roberto Ríos: fue el fichaje más caro de un jugador español hasta entonces, y a saber cuánto sería hoy, once años depués, esa cantidad.
