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Solbes habla claro al ladrillo

Como buen ministro de Economía, Pedro Solbes no es un experto en paños calientes ni falta que le hace. Por eso le ha tocado también a él destapar la caja de los truenos con su contundente advertencia a los constructores de que el dinero público no será el pagano del reajuste necesario del sector de la construcción...

el 15 sep 2009 / 04:33 h.

Como buen ministro de Economía, Pedro Solbes no es un experto en paños calientes ni falta que le hace. Por eso le ha tocado también a él destapar la caja de los truenos con su contundente advertencia a los constructores de que el dinero público no será el pagano del reajuste necesario del sector de la construcción, tras toda una década de excesos y vacas gordas. Con su aviso, Solbes apuntaba directamente a las promotoras y constructoras, pero también a sus compañeros de gabinete y a los responsables de las comunidades autónomas, algunos de los cuales destapan instrumentos para suavizar el mal momento económico que pueden ser costosos para el erario público. Ciertamente el superministro tiene razón sobre el papel. Las grandes constructoras se han apresurado a sortear el reajuste, de una actividad que no podía dar más de sí en España al ritmo que iba, buscando negocio ahora en países emergentes en materia inmobiliaria (Polonia, Rumanía, Brasil o Argentina). Se fueron pero se dejaron aquí a miles de trabajadores que empleaban en sus tajos durante los años del exceso. Tampoco se han llevado a miles de pequeñas compañías inmobiliarias y otras tantas empresas auxiliares que carecen de capacidad para implantarse en esos nuevos mercados. La repercusión que está teniendo en el desempleo esa 'vuelta a la racionalidad' del sector del ladrillo está siendo más grave de lo que se pensaba. Por eso los gobiernos tendrán que arrimar el hombro para tratar de aliviar un problema que será social más que empresarial. No está demás recordar que las administraciones también hincharon sus arcas sin protesta alguna cerrando los ojos a la especulación y a las subidas casi obscenas del precio de las casas durante el boom. Nadie ha sido inocente del todo en esa evolución aunque unos son más culpables que otros. El ministro advierte cargado de razón pero sabe que entre todos habrá que buscar fórmulas eficaces si el desplome del sector continúa al ritmo actual. Las soluciones aportadas hasta ahora desde Andalucía son acertadas y merecerían al menos un reflexión.

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