Sus compañeros de partido la despidieron ayer en un acto muy emotivo culminado con un largo y cálido aplauso, pero seguramente Soledad Becerril recibirá a partir de ahora muchas más muestras de cariño en la calle porque dejó huella en la ciudad. La primera mujer ministra de la democracia -lo fue de Cultura, con Calvo Sotelo- y alcaldesa de Sevilla entre 1995 y 1999 se despidió ayer de la política activa en la junta directiva provincial del PP, ante Javier Arenas y Juan Ignacio Zoido. Repasó sus años en el Consistorio, así como los de senadora (desde el año 2004) y vicepresidenta del Congreso (desde 2000 hasta 2004).
Desde hace tres años Soledad Becerril era diputada por Sevilla, pero no estará en la lista del PP al Congreso el próximo 20 de noviembre. Un gesto de la cabeza de lista por esta provincia en las últimas elecciones que contrasta con la decisión del socialista Alfonso Guerra , que sí repetirá. La misma Becerril justificaba su decisión en la necesidad de la renovación: "Siento que debo dejar paso a otras personas, renovar energías".
Nacida en 1944, la también marquesa de Salvatierra es licenciada en Filosofía y Letras y ejerció la docencia universitaria en Sevilla y Madrid. En el año 2006 le fue concedida la medalla de oro de Andalucía tras una larga trayectoria que, como ella misma detalló ayer, comenzó a principio de los años setenta con la fundación de la revista de información general La Ilustración Regional.
"Conviene renovar las energías, que ya son muchos los años dedicados a tareas legislativas y municipales, y esta etapa toca a su fin", afirmó Becerril, según informó Europa Press, tras agradecer a la UCD y al PP las oportunidades que le dieron en la vida pública. "A los electores les manifiesto mi gratitud y les pido que disculpen mis errores u omisiones en mi quehacer", añadió con humildad.
Sus años de alcaldesa fueron los que vivió, según comentó ella misma, "con mayor intensidad y entrega", si bien lo que más le marcó en esta etapa fueron los atentados de la banda terrorista ETA, "que asesinó a mi teniente de alcalde Alberto Jiménez Becerril y a su mujer Ascensión García Ortiz, en enero de 1989, y después al doctor sevillano Muñoz Cariñano", recordó.
Días antes, ETA había colocado un coche bomba en su rutinario camino hacia el Ayuntamiento, pero un fallo en el detonador evitó la desgracia. "A los pocos días lo volvieron a intentar con Alberto y su mujer. Y esto no lo puedo ni quiero olvidar", recalcó con rabia.
"Cuando veo a colaboradores, cooperadores y encubridores de ETA ocupar cargos institucionales, que proclaman y divulgan doctrinas incompatibles con el ideal democrático, consecuencia de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional, me hace estar en total desacuerdo con dicha sentencia", añadió.
No lo olvidará jamás y siempre estará dispuesta a contar "el dolor y la desolación" que vio a su alrededor a causa del terrorismo.
En su larga trayectoria política también destaca otro varapalo. En 1999 no alcanzó la mayoría absoluta y el pacto entre el PSOE y el PA impidió que volviera a gobernar. "Fue una gran decepción que aceptamos como tantas veces hay que aceptar los reveses en la política", dijo la diputada del PP.
Becerril mostró su agradecimiento y amistad "para siempre" al presidente del PP-A, Javier Arenas, por su "confianza y apoyo", al expresidente del Gobierno José María Aznar, "a quien procuré servir en su importante quehacer como presidente", y al presidente del PP, Mariano Rajoy, al que le deseó que sea el próximo presidente del Gobierno.
Después de acabar su discurso en la junta directiva provincial de ayer y recibir un largo y emotivo aplauso, llevó el momento de recoger piropos. Su valentía, su honradez, su sentido común, su entereza y su entrega fueron aplaudidos.
Javier Arenas tomó la palabra para afirmar que ese momento era "muy emocionante" para él porque desde que empezó su carrera política "todo lo he hecho de la mano de Soledad", a la que definió como "el mejor ejemplo del servicio al interés general de los ciudadanos".
Arenas, que bromeó recordando como siempre tenía que pagar los cafés en el Congreso porque Soledad Becerril "siempre llevaba un billete de 5.000 pesetas", dijo entender su decisión, que ya consultó con él el pasado julio. "No te perdono que me dejes solo y no sé si voy a poder seguir sin tu consejo y compañía", le trasladó.
El líder del PP-A destacó la experiencia, el criterio y sentido común de la exalcaldesa y se mostró convencido de que la "inmensa vocación" de servicio que tiene Becerril le va a permitir que "podamos seguir haciendo cosas juntos", tanto por Sevilla, como por Andalucía y España.
Por su parte, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, destacó que siempre admiró su "honradez y valentía" y dijo esperar que en el futuro pueda encontrar "un hueco" para seguir colaborando con el Ayuntamiento.
El presidente del PP de Sevilla, José Luis Sanz, consideró "un lujo" poder trabajar con la exalcaldesa, una persona que dio "lecciones de respeto, entereza, dignidad, honradez y capacidad de trabajo". "Vas a seguir estando en nuestros corazones", sentenció.
