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“Sólo Dios sabe lo mucho que la Iglesia de Sevilla debe a don Francisco”

Masiva asistencia a la misa presidida por Asenjo en sufragio por Francisco Navarro

el 29 jul 2013 / 22:33 h.

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MisaLas palabras más hermosas, las dedicatorias más sentidas a su memoria salieron por boca de sus feligreses. La parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, que puede presumir de ser uno de los templos de mayor aforo de la capital, se quedó ayer pequeña ante el aluvión de fieles y feligreses que primero invadió sus bancos y luego, una vez repletos los asientos, aguantó a pie quieto la larga misa en sufragio por quien además de canónigo y delegado ejecutivo de Administración y Patrimonio de la Catedral de Sevilla, además de presidente de la Fundación Forja XXI, y además de una indiscutible figura de peso en la curia sevillana, era también, para la mayoría de los allí presentes, “Paco, el cura”. Más de una veintena de sacerdotes –entre ellos su sustituto electo en la parroquia, Francisco Ortiz, y el vicario episcopal de zona, Jesús Maya– concelebraron la misa presidida por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, por el alma de Francisco Navarro a los ocho días de su muerte, ocurrida el pasado 21 de julio a la edad de 69 años. Después de saludar a los hermanos y sobrinos del sacerdorte fallecido, presentes en un lugar destacado en la ceremonia, el prelado sevillano manifestó en su nombre y en el de la Archidiócesis sus “sinceras condolencias” a los familiares directos, a los miembros del Cabildo Catedral, sacerdotes y fieles de la parroquia por la muerte de quien “sirvió fielmente a la Iglesia, a nuestra Archidiócesis y a esta comunidad cristiana hasta su muerte” después de un “largo año” en el que vivió “crucificado como Cristo”, soportando con admirable resignación cristiana “enfermedades, dolores y sufrimientos”. Tras glosar sus estudios eclesiásticos y su trayectoria como sacerdote, como miembro del servicio diplomático de la Santa Sede y como canómigo de la Catedral, Asenjo dio gracias a Dios “por todo el bien que don Francisco ha hecho a lo largo de su vida”. “Sólo Dios conoce con perfección y con detalle lo que nosotros simplemente intuimos acerca de lo mucho que la Iglesia de Sevilla debe a su gran inteligencia, a su capacidad organizativa, a su capacidad de gestión y a su celo pastoral”, destacó Asenjo en la referencia más directa a los méritos del fallecido a lo largo de su homilía. Al comienzo de la ceremonia para despedir a Francisco Navarro, dos feligreses expusieron sus testimonios personales en torno a la convivencia con su párroco y, a la vez, su “querido amigo Paco”. Junto a la ofrenda de claveles blancos de los niños integrados en la catequesis parroquial, sin duda fueron éstos los momentos más emotivos de la misa, cuando recordaron al cura que les enseñó “a trabajar con humildad y a ser cristianos desde nuestros puestos de trabajo”. “Entendiste Paco que el reino de Dios está en la tierra y en la sociedad, sin separatismos, todos a una. Y te adelantaste a un Papa que parece revolucionario”. “No estás muerto Paco porque vivirás siempre en nuestros corazones”.

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