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Desde 1985 el número de nazarenos crece un 2,7%.

el 12 feb 2010 / 10:31 h.

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No por divulgados los datos del exhaustivo informe publicado en mayo por el Boletín de las Cofradías sobre el número de nazarenos que pasaron por Carrera Oficial en 2009 han dejado de suscitar interés y controversia. Su publicación, 14años después del célebre informe Mecro de 1995 (único precedente de una cuantificación oficial del número de nazarenos), constituye un buen instrumento para establecer tendencias sobre la evolución (o involución) de los cortejos, al tiempo que contribuye decisivamente a destapar el debate sobre un posible reajuste de los tiempos de paso por Carrera Oficial.

Por encima de enrevesadas interpretaciones apocalípticas, el primer gran titular que arroja la comparativa entre los datos de 1995 y 2009 es que la Semana Santa de Sevilla goza de buena salud. Los 44.643 nazarenos que han discurrido este año por la Campana son algunos más de los que lo hicieron hace 14 años –en aquella ocasión se contabilizaron 43.421 nazarenos–, lo que evidencia que, aun en una coyuntura económica desfavorable, en plena crisis de natalidad y con vientos laicistas agitando media Europa, la Semana Santa sevillana mantiene intacta su fortaleza. En los últimos 14 años, según demuestran las videograbaciones, el número de nazarenos ha crecido un 2,7%. Cierto es que desde 1995 para acá la Semana Santa de Sevilla cuenta con dos nuevas hermandades, pero aún obviando los nazarenos que aportan tanto el Polígono de San Pablo (417) como el Carmen Doloroso (125), podría mantenerse la afirmación de que las filas nazarenas han crecido respecto a hace 14 años en 590 componentes, lo que supondría un incremento del 1,3%. ç

Contabilizando exclusivamente el número de nazarenos, el informe Sampedro –así bautizado en honor a su creador y productor, el director del Boletín de las Cofradías, Rafael Jiménez Sampedro– ha servido para derribar varios mitos. Así, sólo hay una cofradía, el Gran Poder, que pone en la calle más de 2.000 nazarenos, en concreto 2.110, y ello a pesar de que el Señor de San Lorenzo se sitúa este año en la lista de cortejos que han sufrido un descenso de participación con respecto a los datos de 1995. Ninguna otra hermandad sobrepasa la barrera psicológica de los dos millares. Las que más se le acercan son La Macarena (1.951 nazarenos) y San Bernardo (1.638). Al cuarto y quinto puesto de las más numerosas se aúpan San Gonzalo (1.502) y la Esperanza de Triana (1.406), en detrimento de La Estrella (1.345) y Santa Genoveva (1.188), que ocuparon puestos de honor en 1995 y que ahora caen al séptimo y al décimosegundo puesto, respectivamente. La Estrella, además, pasa de encabezar el ranking de hermandades de Triana, con 1.538 nazarenos en 1995, a ocupar el tercer puesto. Cuatro de las seis cofradías del arrabal se sitúan entre las diez más numerosas, un top ten que cierra en el décimo puesto El Cachorro, con 1.255 nazarenos. Entre las seis hermandades de Triana suman 6.403 nazarenos, lo que representa un porcentaje del 14,3% sobre el total. En términos absolutos, los cuerpos de nazarenos que más crecen son los de San Gonzalo (+367) –cofradía que se reivindica como la más numerosa de las de Triana–, La Redención (+313) y La Sed (+267). En términos porcentuales –referencia verdaderamente ilustrativa– las cofradías que han experimentado mayor crecimiento son, por este orden, La Redención (+66%), el Dulce Nombre (+51,1%) y el Santo Entierro (+50%) –caso que se explica por el incremento en el número de representaciones, especialmente por la incorporación de las nuevas hermandades de vísperas–. Otras subidas porcentuales llamativas las protagonizan la Sagrada Mortaja (+46,7%), Pasión (+33,9%) –cofradía que registra un sorprendente incremento tras los años de oscuro exilio en la Misericordia– y San Gonzalo (+32,3%). Por el lado contrario, las cofradías que más bajas han sufrido en sus filas son, en términos absolutos, La Candelaria (-370), Santa Genoveva (-278) y La Hiniesta (-236). Resulta llamativo que la hermandad que más se ha desinflado, en términos porcentuales, sea la de Los Javieres, que ha perdido al 35,3% de su cuerpo de nazarenos. 14 Semanas Santas después, también han perdido más de una quinta parte de sus nazarenos La Candelaria (-34,2%), San Roque (-28,3%) –que se ha visto rebasada por su vecina de collación, Los Negritos–, Los Panaderos (-24%) –caso curioso, en plena preparación de una coronación– y Las Penas de San Vicente (-22,5%), en la que ha sido la última salida sin nazarenas de la corporación del Lunes Santo.

Por días. Atendiendo al análisis de los datos por jornadas, el día que más nazarenos pierde con respecto a las cifras de hace 14 años es el Domingo de Ramos (-619), lo que supone una merma del 8,2%. La otra jornada que arroja déficit en el balance es el Martes San­to, día que pierde 515 nazarenos, un 7% menos. En el otro lado de la balanza –dejando a un lado el aporte que ha significado en sus respectivos días la incorporación a la nómina del Polígono y del Carmen Doloroso– llama la atención que sea el Jueves Santo la jornada con mayor aumento de nazarenos. Constreñido entre el final de los Oficios y el arranque de la Madrugá, el día del Amor Fraterno crece en 456 nazarenos, lo que supone una subida del 13,2%. En términos absolutos, las jornadas con más nazarenos en las calles son, por este or­den, la Madrugá (de 7.721 pasa a 8.070 nazarenos), el Domingo de Ramos (6.875), Mar­tes Santo (6.783), y Lunes Santo (de 5.815 pasa a 6.628), que por un estrecho margen le arrebata la cuarta plaza como día más numeroso al Miércoles Santo (de 6.071 pasa a 6.609), cayendo éste al quinto lugar. Jueves (con 3.901 nazarenos), Viernes (con 3.597) y Sábado Santo (con 1.941) cierran este ranking, al que por decoro añadimos los 239 nazarenos que han discurrido por Cam­pana este año con la hermandad de La Resu­rrec­ción, nueve menos, por cierto, que en 1995.

Las nazarenas. El dato de los 1.222 nazarenos más que han discurrido este año por Campana con respecto a los que lo hicieron en 1995 tiene una doble lectura, ya que ha sido a lo largo de estos 14 años cuando se ha producido la incorporación masiva de las mujeres en las filas nazarenas. Es a partir de diciembre de 1997, fecha de la publicación de las Normas Diocesanas, cuando se produce el boom femenino en los cortejos, ya que hasta 1995 el número de cofradías con presencia de mujeres no iba más allá de 20 ó 25. De ahí que pueda interpretarse que o bien las mujeres no han supuesto un incremento excesivo en las filas nazarenas, o bien que han sido precisamente las féminas las que con su incorporación han evitado una caída en los datos de participación de la fiesta.

A este respecto, resulta significativa la caída sufrida en su cuerpo de nazarenos por aquellas hermandades pioneras en incorporar nazarenas, caso de Los Javieres, La Candelaria y La Hiniesta, dato que induce a pensar que muchas féminas se apuntaron a estas cofradías sólo para salir, aunque su corazoncito estuviese más cerca de otra hermandad.

Generalizada la igualdad de derechos en la práctica totalidad de las hermandades, estas mismas mujeres han optado por desvincularse de las primeras y vestir la túnica de su cofradía.

Ratio personas/minutos. El informe Sampedro es una edición corregida y ampliada del informe Mecro, ya que no sólo se contabilizan los nazarenos que pasaron por Carrera Oficial (subclasificados a su vez en insignias, cirios, diputados y penitentes), sino que incluye también los datos del número total de componentes del cortejo: acólitos, representaciones a cara descubierta y bandas de música.

No han sido pocos los especialistas en números y en estadística que se han apresurado, a la luz de estos datos, a establecer un particular ranking de las hermandades más sacrificadas y acuciadas por el reloj a la hora de meter la totalidad de su cortejo en Carre­ra Oficial. Esta clasificación atiende a la relación entre el número total de componentes de una cofradía y el tiempo de paso asignado en los estadillos horarios, resultando una ratio de número de personas por minuto. Según esta relación, la hermandad de La Sed es la que más dificultades tiene para cumplir el tiempo de paso estipulado por la Carrera Oficial, metiendo este año a 32,2 personas por minuto (1.450 personas entre los 45 minutos que dispone de paso) y obligando a disponer sus nazarenos de tres en fondo. A la cofradía de Nervión le siguen en esta lista de las cofradías más sacrificadas el Gran Poder (30,7 personas), El Baratillo (30), La Borriquita (29,6), El Silencio (29,1), La Amargura (28,7) y El Cerro del Águila (28,4).

En el lado opuesto, el de las hermandades que disponen de una horquilla horaria holgada para discurrir por la Carrera Oficial, se encuentran la Soledad de San Buena­ven­tura (13,8 personas por minuto), Los Servi­tas (14), La Resurrección (14,6), Los Javieres (14,8) y Monte-Sión (15,9). Si la relación se circunscribe exclusivamente al número de nazarenos por hermandad, en lugar de al cómputo total de personas que figuran en el cortejo, el ránking de las más sacrificadas estaría encabezado por el Gran Poder (30,1 nazarenos por minuto), seguida de El Silencio (28) –estas dos cofradías mantienen a sus nazarenos en filas de dos– y, en tercer lugar, La Sed (26,8). Mien­tras que la clasificación de las cofradías más holgadas la presidiría La Resurrec­ción (6,8 nazarenos por minuto), seguida de El Car­men Doloroso (8,6) y La Carretería (9,4).

¿Qué opinan los delegados de día?

La mayoría coincide en subrayar que, a la hora de hablar de los tiempos de paso asignables a cofradías, más que nazarenos, lo más ecuánime es contabilizar los integrantes totales de un cortejo. Aún así, el delegado del Miércoles, Mateo Domingo González, cree necesario introducir “coeficientes correctores” en función, por ejemplo, del número de pasos de cada hermandad. “No se puede tratar igual a una hermandad de tres pasos que a otra con dos, aunque ambas tengan un cortejo con igual número de nazarenos. Además, cada hermandad tiene su idiosincrasia: hay cofradías que discurren con una cadencia de paso y otra con otra”.

Todos los delegados, salvo uno, dedican elogios a la utilidad de este informe, al que consideran una herramienta de trabajo “necesaria y positiva”. El más crítico con su elaboración es Francisco Vélez, delegado del Domingo de Ramos, quien pone en duda la metodología con que se ha realizado, así como el rigor y la fiabilidad de sus resultados. “Al margen de la frialdad que reflejan los números, aquí hay muchos más componentes por valorar: hermandades con o sin música, con más o menos pasos, la forma de andar de determinadas cofradías… tampoco se pueden extraer conclusiones en un año; las estadísticas hay que hacerlas con una metodología fiable y continuada durante un número determinado de años. Hay algo que tampoco reflejan los números: la colaboración, la solidaridad y el buen entendimiento de las hermandades. Este estudio no me dice gran cosa”, concluye.

Mucho más entusiasmado con la potencialidad de este informe se halla el delegado del Martes Santo, Francisco Javier Gómez, quien apunta que “lo verdaderamente interesante del estudio es la documentación gráfica que aporta, de la que se pueden extraer conclusiones sobre el ritmo de paso de cada cofradía, los tiempos parciales por paso, o las que discurren en filas de tres o de dos”. Gómez es partidario de que este conteo se realice periódicamente y, aunque reconoce que el reparto equitativo de los tiempos es tarea compleja, anima a buscar “una fórmula periódica y revisable”, aplicable por cada nuevo Consejo (cuatro años), para que cada cofradía disponga de un tiempo ajustado realmente a sus necesidades. José Luis Cantalapiedra, delegado del Viernes, subraya que el estudio “no se ha hecho para contradecir a nadie”. “Simplemente es el conteo de los nazarenos por un punto determinado de la Carrera Oficial”, justifica, al tiempo que resalta como dato llamativo en su día que la hermandad del Cachorro saque “casi un tercio de los nazarenos del Viernes Santo”.

El delegado del Lunes, Claudio Espejo, asegura que se sentará con las hermandades del día para analizar los datos del informe. “¿Condicionará futuras modificaciones del día? Lo tendremos que ver entre todas”, se pregunta y se responde. De momento, el Lunes cuenta con “dos de las cofradías con mayor incremento de nazarenos de la Semana Santa, La Redención y San Gonzalo”, incide, a la vez que relativiza el descenso de nazarenos en Santa Genoveva: “Los nazarenos que pasan por Carrera no tienen nada que ver con las papeletas de sitio que expide una hermandad que está 12 horas en la calle”. El delegado de la Madrugá, Vicente García Caviedes, propone por su parte adecuar los ritmos de paso de sus seis cofradías a la media resultante de dividir el número total de componentes de los cortejos (8.935 personas) entre el tiempo total de paso de la jornada (345 minutos), lo que da una ratio de 25,9 personas por minuto. “Hay hermandades capaces de meter 30 personas por minuto y otras que están muy por debajo de esa media”. De todas formas, reconoce que “si las hermandades ven complicado poner esta regla en práctica, en definitiva, se hará lo que ellas quieran”. Rafael Barea, delegado del Sábado, no cree necesario, a la luz de estos datos, abordar ningún reajuste horario en su día. Eso sí, reconoce que es una de las jornadas más holgadas de tiempo. “Es el día con menos hermandades. Eso está claro”.

Aparte del incremento en nazarenos de Los Negritos y Pasión y del descenso de Monte-Sión, al delegado del Jueves Santo, Vicente Ramos, le llama la atención la estanqueidad de los datos de una cofradía como Las Cigarreras, “hermandad que, demográficamente, tiene un potencial de crecimiento importante en un barrio como Los Remedios”. Sobre un posible reajuste horario, Ramos cree que “todo es susceptible de mejora, pero el Jueves es un día tan clásico que admite muy pocos cambios”. Apunta, no obstante, como solución “la cesión gratuita de minutos, pero sin tocar el horario original”. Por último, el delegado del Miércoles, Mateo Domingo, era ya consciente del sacrificio que realizan La Sed y El Baratillo para meter sus cortejos en el estrecho margen de tiempo asignado. “Tocar minutos tiene que hacerse con mucho tacto. Las únicas que puede tomar decisiones de ese tipo, mientras no cambien los estatutos, son las propias hermandades”. A la luz de estos datos, La Sed reclama ya una mejora horaria “en años venideros”.

Capiroteros, por José Manuel García

Admiro a los capiroteros. Su participación ceñida al día de la procesión, algún que otro culto y la visita esporádica al templo, es un afán de lo más loable se pongan los rancios como se pongan. El grupo de flagelantes condena al fuego eterno al capirotero porque no va a aburridísimos actos de pretendida formación o a cursis exaltaciones. El capirotero tiene claro que salir de nazareno es un fin en sí mismo. Los hay que con cuatro o cinco años en las filas tienen bastante y se van como llegaron, sin hacer ruido. Es feliz con su cirio y con sus imágenes bien cuidadas en su altar. Sólo con los jartibles de la casa hermandad no se pasaría de unas pocas parejas de cirio pero eso no quiere decir que sólo miremos al capirotero cuando la cofradía pierde componentes.

¿Qué hace el joven que deja la túnica por el cirial y cuando le toca jubilarse se topa con que su antigüedad sólo le da para ir en medio de la cofradía? Pues unos vuelven al cirio y un buen número se pone el traje. ¿Qué hace aquel nazareno que un año entra de costalero y llegado el día deja el costal? Pues un traje. ¿Qué hace el enchufado que un año coge insignia y su amigo el de la junta que le busca el sitio deja el puesto? Pues al traje. Cuando eres mayor, si el cirio no te da para ir cerca de los pasos, hay grandes posibilidades de visitar al sastre.

Tampoco hay que ser muy avezado para comprobar que si una cofradía se empeña en descuidar al nazareno, tarde o temprano éste acaba por darle la espalda. Las cofradías pierden cofrades cuando se los maltrata en recorridos imposibles, en interminables paradas y en horarios excesivos de prontas salidas, con el objetivo de hacer interminable cada esquina, o en trasnochadas entradas. El capirotero tiene asumido que su consuelo pasa por ver a las imágenes sólo en la iglesia, pero si además de menospreciarlo todo el año desde nuestra supuesta altura se le machaca con parones o interminables horas en la calle, será un serio candidato a ponerse una medalla (un tío con medalla y traje y cara de decir “vamos pálante señores” es un cangrejero de lujo) y a ver quién lo quita de delante del paso.

Que la mayoría de las cofradías inflaban el número de nazarenos no era noticia. Lo llevan haciendo años y los sabemos todos. Donde debemos detenernos es en el por qué de la pérdida de hermanos de túnica independientemente de que sean muchos o pocos los que figuren en la nómina y en la calle no sean tales. Y si alguien piensa que estoy pidiendo que las cofradías corran por las calles o que pongan freno a los capiroteros es que ni se ha enterado de lo que quiero decir ni se enterará nunca de lo que es la Semana Santa. 


Rafael Jiménez Sampedro, coordinador del informe: “No hay una piedra filosofal para crecer en nazarenos”

Pregunta. ¿Se han caído muchos mitos con este informe?

Respuesta. Si se refiere a la cifra de nazarenos que algunas hermandades mencionan, el reportaje no va encaminado a desmentir a ninguna, puesto que el recuento se realiza en la Carrera Oficial, y muchas sacan más nazarenos y reparten más papeletas de sitio, si bien a la Campana no llegan todos. Este fenómeno además se está aumentando porque ya muchas cofradías incluyen la limosna de salida en la cuota anual y al hermano no le cuesta dinero sacar la papeleta de sitio, aunque luego no salga.

P. Resálteme los tres titulares, a su juicio, más llamativos del estudio.


R. En primer lugar, que la crisis tanto económica como de fe que vivimos no puede con nuestra Semana Santa. Por otra parte, me han resultado muy significativos los datos del Jueves y el Viernes Santo, dos jornadas que han crecido a pesar de la “presión” de la Madrugá. Por último, que no hay una piedra filosofal en la que basarse a la hora de poder incrementar el número de nazarenos; hay hermandades que han crecido de una tipología y de otra. Cada caso es digno de estudio.

P. ¿Qué interpretaciones no comparte de las que se están realizando?

R. Especialmente que los datos de 1995 y 2009 no son comparables para realizar conclusiones fiables a nivel estadístico. En catorce años pueden haber sucedido muchas cosas; la comparativa de las cifras es incompleta si no se conoce lo que ha sucedido entre ambas.

P. -¿Por qué cree que su publicación ha levantado tantas ampollas?

R. No he percibido tal reacción. Si en verdad hay hermandades molestas, deben leer bien el texto introductorio a los datos que publicamos. No tratamos de desmentir ninguna cifra de las que se publican, sino de informar a los lectores de una realidad. No creo que la verdad moleste a nadie.

P. ¿Habrían variado los datos avisando previamente a las hermandades?

R. No creo.

P. ¿Sería justo abordar una redistribución de los tiempos de paso?

R. Creo que lo sería, aunque esto no nos corresponde a nosotros.

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