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"Soy inocente, yo no le metí fuego al monte ni maté a nadie"

El acusado del incendio de Riotinto, que asoló 35.291 hectáreas en 2004, reiteró en el juicio su inocencia y aseguró que sólo estaba en la zona para darse un baño.

el 18 ene 2010 / 20:28 h.

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Emilio Perdigón, el único acusado por el peor incendio del último lustro, compareció ayer en el primer día del juicio.
Emilio Perdigón le dijo a los periodistas lo que después le iba a repetir al juez: "Soy inocente, ni le metí fuego al monte ni maté a nadie", gritó a su llegada, ayer, a la Audiencia de Huelva. Cinco años y medio después de que un incendio forestal quemase 35.291 hectáreas en siete pueblos de Huelva y seis de Sevilla, en la comarca de Riotinto, el único acusado por el siniestro comparecía en la primera sesión del juicio en el que va a responder por el fuego y por la muerte de un matrimonio, atrapado por las llamas en su coche.

 

El procesado mantuvo la misma versión que en sus últimas declaraciones, en las que afirma que no tiene relación con ninguno de los focos que tuvo el incendio. Perdigón sostuvo que el día 27 de julio de 2004, cuando se inició el fuego que duró cuatro días, salió de su casa hacia las 16.00 horas camino del pantano Zumajo para "darse un baño" y fue entonces cuando "vio humo que provenía de un contenedor"; no se acercó, dijo, porque "podían haberle echado la culpa", ya que cuenta con antecedentes penales. En su relato ante el juez añadió que no se cruzó con nadie en su camino, que lo acompañó sólo su perro y que vio un helicóptero del Infoca mientras estaba dándose el consabido baño. A su casa llegó hacia las 18.00 horas, añadió. Varios testigos sostienen que lo vieron en un camino inusual para llegar al Zumajo, un hecho que él explica asegurando que escogió una ruta diferente "porque hacía mucho calor y porque quería pasar por su huerto".

El acusado mantuvo que nunca reconoció haber sido quien prendió los contenedores que originaron el fuego. Sostiene que se fue a su parcela y luego a casa. Inicialmente había dicho que se quemó con un cortafuegos cercano, hecho que ahora niega.

En la jornada de ayer comparecieron en el juicio una veintena de testigos, que dejaron en evidencia numerosas contradicciones. Como explicó el abogado de las víctimas, Antonio Rubio, sufrieron un "ataque generalizado de olvido", pues nadie recordó si vio al acusado el día de autos ni si les confesó su acción. La defensa teme que detrás haya una "maniobra extraña" entre vecinos. Así, uno de los testigos, P.L.P., que en su día mantuvo haber visto a Perdigón viniendo del lugar donde se localizó el tercer foco, ayer se limitó a decir que no lo vio salir de la zona del barranco y que "no cree" que sea el autor del fuego. Muchos otros han aludido al paso del tiempo para justificar su cambio de versión. Es el caso de J.M.F.P., que negó además que el acusado le reconociera "en algún momento que él hubiera sido el autor de los fuegos, no siquiera de los que se produjeron en el casco urbano". "Tan sólo escuché una conversación entre tres mayores del pueblo en la que lo señalaban", matizó.

También ayer prestaron declaración los agentes del Seprona y la Policía Local de Riotinto. Los guardias sostienen que las declaraciones del acusado fueron las que les hicieron sospechar, porque no coincidían las franjas horarias (que si estaba en una tienda, que si en el monte, que si en casa), a lo que se sumaron "elementos racionales" de la investigación. La posibilidad del efecto lupa quedó descartada, porque en la sierra había latas y cristales pero estaban tapados por césped, y están convencidos de que hay intención, al haber cuatro focos.

El juicio, que continúa hoy, analiza la responsabilidad por el mayor incendio en 20 años en Andalucía, que causó daños incalculables al pino mediterráneo, el eucalipto, la encina y el alcornoque, así como a jabalíes, ciervos y zorros. Sólo la extinción costó dos millones de euros. El fiscal pide 26 años de prisión para el acusado y la hija de los fallecidos, "que se depuren responsabilidades y se haga justicia".

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