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José Leonardo Ruiz: "Spínola logró reunir a todos los católicos en torno a El Correo"

Experto en la figura de Marcelo Spínola, Ruiz describió el beligerante entorno en el que se decidió a fundar un periódico, un «púlpito de la nueva era» que llegaría donde no lo haría el predicador.

el 21 feb 2014 / 01:04 h.

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jose leonardoEl paso de una prensa católica dividida, que planteaba una guerra sin cuartel por motivos políticos, a un periódico que logró conciliar «gracias a su carisma a todos los sectores» de la Iglesia. Esa fue, según el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla José Leonardo Ruiz, la principal aportación del cardenal Marcelo Spínola, fundador de El Correo de Andalucía. Ruiz, autor de varias publicaciones sobre la figura de Spínola y sobre el decano de la prensa de Sevilla, intervino en los actos de celebración del 115 aniversario de El Correo de Andalucía para enmarcar el papel del cardenal en el contexto histórico, tras la pérdida de las colonias españolas de ultramar en 1898, cuando la prensa comenzó a tener un papel esencial, primero perseguido y luego aprovechado por la Iglesia. El caldo de cultivo fue el deseo de la Iglesia de utilizar la prensa como instrumento de evangelización para contrarrestar un avance de las libertades en el que los periódicos estaban siendo protagonistas en el siglo XIX, el de «mayor laicismo» y secularización en España, rodeada de un entorno –III República en Francia y separación Iglesia-Estado, o anexión de territorios pontificios en Italia– que lo favorecía. Por ello, algunos católicos rechazaron el periodismo hasta el vuelco auspiciado por el papa León XIII, empeñado en llamar la atención sobre «el papel y los deberes de los periodistas católicos», llegando a considerar el periódico como «el púlpito de la nueva era», capaz de llegar a lugares, como las fábricas o los centros de reunión, donde «jamás llegaría la voz del predicador». Así surgieron periódicos «que decían llamarse católicos y defender a la Iglesia pero, habida cuenta de la profunda división de los católicos españoles en distintas familias mal avenidas», fueron «más bien órganos de partido predispuestos a plantear, los más radicales, una guerra sin cuartel, fratricida, por la exclusiva patente de catolicidad». Tras esa prensa, que desbarató cualquier proyecto común en la Iglesia, es donde se enmarca la puesta en marcha por Marcelo Spínola en 1899 de «ese nuevo modelo de prensa católica que fue El Correo de Andalucía, dentro de un amplio proyecto de regeneracionismo desde planteamientos católicos». Spínola secundó los intentos de León XIII de implantar «la presencia de los católicos en la vida pública de un mundo cada vez más secularizado» y comenzó insertando en el boletín diocesano noticias de interés para que los católicos «no necesitasen recurrir a la prensa enemiga para estar informados». Finalmente, su empeño fraguó en la fundación de El Correo, respondiendo a «la voz del papa que pide que se multiplique la prensa católica para contrarrestar el funestísimo mal que produce la impía e irreligiosa». No sería un diario político, sino de noticias, con una línea editorial expresada en su primer número: «No pertenecerá a ninguna de las agrupaciones en que los católicos españoles se dividen». El catedrático de Historia Contemporánea señaló que «una de las grandes virtudes del beato Spínola fue conseguir ser pastor de todos», incluso de baluartes de aquella prensa católica radical y de los jóvenes «huérfanos de un medio de expresión netamente católico». «Este modelo de prensa y periodismo católico, fiel a su pastor y a la Iglesia, respetuoso, que no era beligerante ni despiadado con los que compartían la misma fe» fue abriéndose paso por todo el país en el primer cuarto del siglo XX y terminó dando pie a la fundación del rotativo católico más importante de todos los tiempos: El Debate, cuyo director se alió con Spínola en la difusión de ese modelo de prensa católica «no polemista». «El éxito de El Correo no sólo fue fulminante, sino que se trasladó como modelo a toda la prensa católica de la época, convirtiéndose en un referente para el primer cuarto del siglo XX», sentenció el historiador.

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